Durante las fiestas decembrinas en México aumenta el uso de cohetes en casas, plazas y eventos familiares. Aunque forman parte de muchas celebraciones tradicionales, expertos en seguridad recuerdan que su mal uso puede causar quemaduras graves, daños auditivos, lesiones oculares e incluso amputaciones. La recomendación principal es simple: evitar completamente la pirotecnia, sobre todo cuando hay menores cerca.
En este contexto, autoridades de Querétaro volvieron a pedir a madres, padres y tutores que no permitan que niñas y niños manipulen fuegos artificiales. Insisten en que incluso los productos más pequeños, como las llamadas “estrellitas” o bengalas, pueden provocar accidentes severos, pues alcanzan temperaturas superiores a 1,000 °C y liberan chispas y residuos encendidos.
La Secretaría de Salud del estado confirmó un caso alarmante en la comunidad de El Rincón, en Cadereyta de Montes. Un niño de 12 años resultó gravemente herido cuando un cohete explotó directamente en su rostro, causándole la pérdida de un ojo y severas quemaduras faciales. El menor fue llevado de inmediato al Hospital de Especialidades del Niño y la Mujer, donde permanece internado.
Martina Pérez Rendón, titular de la dependencia, explicó que el menor jugaba con pirotecnia cuando uno de los artefactos detonó de forma inesperada. Añadió que ya se realizaron injertos por las quemaduras y que especialistas del Instituto Mexicano de Oftalmología están valorando si es posible salvar el otro ojo del menor.
El manejo inadecuado de cohetes es un problema recurrente en el país. Muchas veces se encienden de forma incorrecta o no despegan como deberían, convirtiéndose en proyectiles peligrosos. Datos oficiales señalan que la mitad de las lesiones por pirotecnia ocurren en menores de 15 años. Incluso productos que parecen inofensivos pueden causar quemaduras profundas o daños irreversibles.
Entre las lesiones más comunes que se registran en esta temporada se encuentran quemaduras de segundo y tercer grado, fracturas o amputaciones de dedos, heridas profundas, pérdida de visión y daño en los tímpanos. Estos incidentes no solo dejan secuelas físicas, sino que pueden generar gastos médicos altos, discapacidad permanente y efectos emocionales duraderos.
Ante una quemadura por pirotecnia, especialistas recomiendan actuar de inmediato, lavar la zona con agua fría y evitar el uso de cremas, aceites o remedios caseros. También piden acudir al centro de salud más cercano y no retirar ropa que quede pegada a la piel. En caso de que la ropa se incendie, lo ideal es impedir que la persona corra y apagar las llamas con una manta o haciendo que el afectado ruede en el suelo.
Las autoridades reiteran que la forma más segura de celebrar es evitar los cohetes en casa y optar por alternativas como shows profesionales autorizados, espectáculos públicos o luces LED recreativas. Con estas medidas se pueden prevenir accidentes que, como el ocurrido en Cadereyta, son totalmente evitables.