EL RADAR
Por Jesús Aguilar
4DIC 2025
Si uno revisa con rigor las denuncias penales que se han presentado en San Luis Potosí durante los últimos años, verá a víctimas reales… y luego verá a quienes han convertido la denuncia en un instrumento político. Entre estos últimos destaca un personaje que ahora pretende dar el salto de denunciante compulsivo a vigilante ciudadano dentro del Sistema Estatal Anticorrupción (SEA):
Fabián Espinosa Díaz de León.
Su trayectoria no es un conjunto de episodios aislados, sino un modus operandi constante. Y aquí van —con documentos, memoria pública e historia política— los elementos que lo prueban.
I. El “sobre lacrado” y el alborotador profesional
En Periodismo y política, el cronista Gregorio Marín Rodríguez describe uno de los episodios más conocidos de la vida política potosina: el famoso asunto del “sobre lacrado”, utilizado para presionar al entonces gobernador Horacio Sánchez Unzueta.
Y en ese contexto escribe:
“Fabián Espinoza Díaz de León, uno de los más alborotadores, obtuvo la promesa de figurar en la lista de diputados del PRI y el gobernador le cumplió…”
Periodismo y politica
Esa frase condensa todo el expediente político:
- Alborotar para generar presión.
- Amenazar con información comprometedora.
- Cobrar con una candidatura.
No es una anécdota:
es el nacimiento documentado de un método.
II. La carta a AMLO (2012) y su pleito con Juan Ramiro Robledo (2024)
Este patrón reaparece años después en un documento público que él mismo escribió y firmó:
la carta abierta dirigida a Andrés Manuel López Obrador en 2012.
En ella, Fabián Espinosa:
- se presenta como “cocreador del obradorismo en San Luis Potosí”,
- presume haber sido “candidato ciudadano” a diputado federal por el PRD en 2003,
- se atribuye un protagonismo político inexistente,
- intenta reescribir la historia para colocarse como pionero y operador decisivo del proyecto de AMLO.
El documento es relevante no por su contenido político, sino por lo que revela:
su necesidad compulsiva de inflar su papel, apropiarse de causas ajenas y situarse en el centro de procesos donde no tuvo participación real.
Doce años después, en 2024, vuelve a la escena pública con un estallido de otro tipo:
rompe de manera abrupta con Juan Ramiro Robledo Ruiz, su amigo personal y político durante décadas.
Robledo —hoy titular de Enlace Legislativo de la SEGOB y uno de los arquitectos de la reforma judicial más importante del gobierno de López Obrador— se convierte de pronto para Fabián en blanco público.
El patrón se repite:
- El aliado deja de ser útil,
- Entonces se convierte en enemigo,
- y la ruptura se usa como munición para generar ruido y relevancia artificial.
Ambos episodios —la carta a AMLO (2012) y la confrontación con Robledo (2024)— exponen la misma mecánica:
autoengrandecimiento, victimismo y conflicto como método de visibilidad.
III. 2003: del privilegio a la denuncia
Retrocedamos al origen moderno de su estilo.
En 2003, siendo funcionario público en la Comisión Estatal del Agua, Fabián pretendió ser candidato a diputado federal por el PRD sin renunciar al cargo, algo ilegal.
Cuando se le frenó, hizo un escándalo y luego presentó una demanda por “daño moral” contra el director de la CEA, Ramón Ortíz Aguirre.
Además quedó en evidencia que cobraba sin trabajar, como “pago de un compromiso político forzado”. (Otra vez)
El expediente deja claro:
- que era aviador de la CEA (el propio Fabián admite que como “asesor”, no tenía obligación de presentarse a trabajar),
- que quería lanzarse como candidato desde el escritorio público,
- y que, al ponerle un alto, respondió con una denuncia basada en rumores, chismes y suposiciones.





Es el mismo libreto de siempre:
cuando pierde un privilegio, denuncia.
IV. La denuncia como método: empresarios, periodistas y la UASLP
Al estallar la publicación de Astrolabio sobre las verdaderas intenciones de la empresa VEM en la que funge como apoderado legal y sus abusivos acuerdos con la Universidad, volvió a la palestra el año pasado a razón de esta publicación.
En los últimos años, lejos de moderarse, su comportamiento se ha radicalizado:
- Denuncias contra funcionarios públicos con los que rompe relaciones en berrinche por vivir en el márgen del chantaje y la ilegalidad;
- Denuncias contra periodistas y dueños de medios que lo investigaron a propósito del caso VEM;
- Denuncias contra autoridades universitarias, como el rector de la UASLP y la abogada general;
- .
La denuncia contra nosotros se presentó hace más de cinco meses, pero no ha llegado notificación formal alguna.
Es decir:
la denuncia sirve para pavonearse y victimizarse, filtrarse y usarse, pero no para avanzar.
Eso no es justicia.
Es intimidación política.
V. Cuando se miente a la autoridad: el lado jurídico que casi nadie explica
Acusar sin pruebas no es activismo: es un delito.
- El Código Penal Federal sanciona la falsedad de declaraciones ante autoridad (arts. 247 y 247 Bis) y la simulación de pruebas (248 Bis).
- El Código Penal de San Luis Potosí incluye:
- Simulación de pruebas (art. 285).
- Acusación o denuncias falsas (art. 286 Bis), con penas de 2 a 6 años de prisión.
La regla es clara:
Si alguien imputa un delito sabiendo que es falso
y el caso termina en sobreseimiento o absolución,
esa persona puede ser procesada por acusación falsa.
Es una figura diseñada para proteger dos cosas:
- el honor del acusado,
- y el funcionamiento del sistema de justicia.
Quien usa la denuncia para perseguir o intimidar juega con fuego jurídico.
Si alguna de sus denuncias cae, la ley exige que el sistema lo revise a él.
VI. El ridículo intento de 2017: la candidatura independiente
En 2017, rumbo al proceso de 2018, Fabián intentó convertirse en candidato independiente.
El INE exigía 38,406 firmas.
Él entregó 52:
- 47 válidas,
- 2 duplicadas por él mismo,
- y una renuncia a tiempo para no enfrentar la exhibida.
Otro intento de notoriedad sin sustancia.

VII. El salto al Sistema Estatal Anticorrupción
Todo lo anterior sería simplemente un expediente tragicómico…
si no fuera porque, hoy, Fabián Espinosa Díaz de León pretende ocupar un asiento en el Comité de Participación Ciudadana del SEA, el órgano que debería representar integridad, ciudadanía y contrapeso institucional.
El contraste es brutal:
- Episodio del sobre lacrado.
- Carta a AMLO (2012) donde se autoproclama “cocreador del obradorismo”.
- Ruptura pública con Juan Ramiro Robledo (2024).
- Demanda frívola en 2003.
- Denuncias múltiples sin fundamento claro.
- Intento fallido de candidatura independiente en 2017.
- Hostigamiento judicial contra periodistas, la UASLP y medios.
Y ahora aparece como aspirante a definirse referente de ética pública.
VIII. Anticorrupción, pero sin simulación
El combate real a la corrupción no empieza denunciando:
empieza siendo congruente.
Un Comité de Participación Ciudadana debe estar formado por personas cuya trayectoria inspire confianza, no por perfiles que han hecho del conflicto, la victimización y la denuncia frívola un modo de presencia pública.
¿Se imaginan a Espinosa Díaz de León sintiéndose el paladín de las buenas conductas?
Cobrando favores y acosando desde una posición, prácticamente insulsa pero con membrete…
Si el SEA acepta un perfil así, la pregunta ya no será quién es Fabián Espinosa Díaz de León, sino:
¿Qué tan dispuesto está el sistema a tolerar que alguien con ese historial se siente en la silla de “ciudadano ejemplar”?
Mejor no contesten.
Creo que pensamos igual.
Postdata…
Que no quede duda cómo ha venido operando siempre, cómo perdió ya una demanda por daño moral infundado, cómo extorsiona, amenaza, alborota, y cómo al final otra vez se reduce a lo que ha venido siendo cíclicamente un diminuto alborotador rencoroso.
Y como dice él, es cuanto…