El trabajo infantil se realiza a plena luz del día en uno de los puntos viales más peligrosos de la capital potosina: el distribuidor vial Benito Juárez, donde niñas, niños y adolescentes se exponen diariamente al tráfico intenso para obtener unas cuantas monedas.
Menores que aparentan tener entre cinco y seis años de edad piden dinero o realizan malabares entre los automóviles detenidos por los semáforos, mientras otros más actúan como mimos para llamar la atención de los conductores. Algunos apenas alcanzan la ventanilla de los vehículos, lo que incrementa el riesgo de accidentes.
Durante la mañana y parte de la tarde, niñas y niños en edad escolar caminan entre autos particulares, camiones y tráileres que circulan por las vías alimentadoras del anillo central del distribuidor, en una zona de alta velocidad y constante flujo vehicular.
También se observan adolescentes que no aparentan más de 15 años, con el rostro pintado y vestuario improvisado, quienes realizan actos de mímica en espera de recibir apoyo económico por parte de los automovilistas, justo cuando los semáforos cambian a verde.
La presencia de menores trabajando en este punto vial no solo refleja una problemática social persistente, sino que también evidencia la falta de intervención para protegerlos de riesgos evidentes, tanto por el tránsito pesado como por la exposición prolongada en la vía pública.