San Luis Potosí cerró 2025 con un saldo alarmante en materia de seguridad vial: 435 personas murieron en siniestros de tránsito, lo que equivale a más de una víctima fatal al día en calles y carreteras de la entidad, de acuerdo con cifras oficiales de autoridades de salud y movilidad.
El sector más afectado fue el de motociclistas, que concentró 195 fallecimientos, casi la mitad del total. Esta cifra refleja el alto nivel de exposición al riesgo de quienes se trasladan en motocicleta, en un contexto marcado por vialidades diseñadas para la velocidad, escasa infraestructura segura, y controles insuficientes en materia de seguridad vial.
Corredores urbanos como el Circuito Potosí y la avenida Salvador Nava se mantienen entre los más peligrosos para este tipo de usuarios, con un historial recurrente de accidentes graves y fatales.
Zonas de alta letalidad
La violencia vial también se concentra en nodos estratégicos de movilidad, donde confluyen transporte pesado, alta velocidad y deficiencias de diseño. Tramos del Libramiento Oriente, su cruce con la carretera a Rioverde, el Distribuidor Juárez y diversos segmentos de la Carretera 57 registraron un número significativo de muertes, principalmente de automovilistas.
En estos puntos, la combinación de infraestructura deficiente, señalización limitada y alta carga vehicular incrementa de manera considerable el riesgo de accidentes mortales.
Ciclistas: las víctimas más vulnerables
En cuanto a la movilidad no motorizada, 15 ciclistas perdieron la vida durante 2025, una cifra que, aunque menor en términos absolutos, evidencia la extrema vulnerabilidad de quienes circulan sin protección física en un entorno urbano que continúa priorizando al vehículo motorizado sobre peatones y ciclistas.
Licencias y formación, bajo la lupa
El balance anual vuelve a poner en entredicho el proceso de expedición de licencias de conducir en San Luis Potosí, al exhibir la ausencia de evaluaciones técnicas rigurosas, exámenes de manejo efectivos y formación obligatoria como requisitos para acceder a un permiso de conducción.
Las cifras revelan que, más allá de campañas de concientización, persiste una deuda estructural en materia de prevención, educación vial y diseño seguro de las calles, factores clave para reducir la letalidad del tránsito en la entidad.
