Por Chencha
GALINDO POR AGUAS SOMERAS
Ayer cerró adecuadamente para todos el estirado culebrón alrededor de “Aguas del Poniente”, otro tema que estuvieron evadiendo publicar, comentar y profundizar en la mayoría de los “medios” potosinos dominados por la oligarquía; ésa vieja bujía anquilosada de la hoy llamada “maldita herencia”, sectario grupo de ambiciosos multimillonarios tenedores de tierra y medios cuyo modus operandi tradicional ha sido poner uno para cobrar mil, en todo.
No se puede soslayar que hay un adeudo real, incalculado aún, Galindo aceptó que existe y afirmó que su tesorero, el eficiente y duro Arturo Jaimes ya está en la mesa calculando la fórmula para realizar el cobro a la empresa del Ing. Carlos “El Chato” López Medina. Dejar de percibir según estudio de la UASLP de 2011 generó un impacto económico a las finanzas del Interapas por 295 millones 909 mil 342.64 pesos.
Políticamente es un hecho histórico que Enrique Galindo a días de decidir su futuro político “cierre” la administración con obras importantes en distintos cuadrantes de la ciudad, mantenga un abasto aceptable de agua y haya puesto un límite adecuado a “Aguas del Poniente, recuperando su control, obligando a cobrar el adeudo histórico y haciéndolo en buenos términos, sin doblegarse, ni convalidar la política entreguista que había sucedido en las oscuras negociaciones que habían subsistido desde hace varias administraciones municipales.
*Del otro lado de la mancha urbana, Soledad está más sola que nunca, la violencia se ha multiplicado, la ausencia de la alcaldesa Leonor Noyola en el ánimo de la gente es real, uno de los cuadros que en su tiempo tuvieron una mayor cercanía con la gente en el bastión Gallardista, hoy se ha ido evaporando entre la burocracia y la incapacidad. No existe en el panorama, ni tampoco resuelve ni gestiona, las obras que se han generado en su municipio son evidentemente agenda del Gobernador, su paso previo como Senadora fue también inexistente, Soledad debe preocupar hoy en las cuentas verdes porque la falta de atención real a muchos espacios que vuelven a crujir por desatención es absolutamente real.
