Por Chencha
¿SE ACABÓ LA AGUSTICIDAD?
Reforma publica el GABINO AFFAIRE a 8 columnas: lo que se sabía en San Luis y que no había estallado con mayor fuerza ahora toma proporciones nacionales.
“Gabino Morales Mendoza, ex superdelegado de la 4T en San Luis Potosí, enfrenta una denuncia ante Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena por hostigamiento, amenazas, difusión ilícita de imágenes, abuso sexual y violencia política.
Además, Morales tiene otras tres denuncias por acoso sexual ante la Fiscalía General del Estado de San Luis Potosí.
Las denuncias han sido presentadas por morenistas en protesta porque Morales Mendoza ahora busca ser Senador de la República por la 4T.”
El tema está en la Comisión de Honor y Justicia del partido vino-tinto y en la Fiscalía General de Justicia del Estado. Pero este no es el único problema para Gabino que sigue cegado y tripulado para su mal por Leonel Serrato, sino que las condiciones para que subsista electoralmente como elegible se siguen haciendo polvo para su causa ahora que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ha endurecido las condiciones para quienes hayan incurrido en Violencia Política de Género como ha sido el caso del Notario.
En otros temas chonchos, la pugna por la candidatura a la alcaldía de la capital del lado Verde parece un torneo de vencidas entre alguien con músculo, otro que juega con manopla ajena y un tercero que no quiere jugar… por ahora.
Se trata de Sonia Mendoza, que puede ser una candidata fuerte, que sabe lo que es hacer campañas, tiene fortalezas en tierra y ligas ajenas al Gallardismo que pudiesen sumar a esta su nueva causa condiciones que esto no se han preocupado por generar, por el otro, el “escuálido” precandidato Gilberto Hernández Villafuerte que ya está infringiendo dos normativas, la legal, al estar fuera de campaña haciendo promoción política con sus espantosos espectaculares y también en las reglas no escritas del proceso, alentando a sus seguidores (no es broma, si tiene) a que le tundan a Sonia en redes sociales. No solo nos salió un pésimo producto electoral, sino también macho y violento. ¡Quien lo viera con su cara tan flaquita!
