Por Chencha
¡QUE CANTE LA RANA!
Hay funcionarios públicos como las semillas del jitomate, no sirven para nada pero ahí estan.
Es el caso de un peculiar personaje que tiene la nada despreciable cartera de la dirección de finanzas de la sacro-santa Universidad Autónoma de San Luis Potosí, los más irrespetuosos y pasados de lanza le dicen “La Rana” faltando a la moral de los batracios, los estrictamente frontales como nosotros recordamos su nombre completo Isaías Ricardo Martínez Guerra.
Sí, el personajazo que ayer tuvimos que exhibir como el intratable creativo y fundador de la nueva categoría de Doctorados Honoris Causa en la Máxima Casa de Estudios potosina, el mismísimo fundador de los reconocimientos furris convertidos en pretextos, el paladín de las injusticias institucionales de uno de las pocas instituciones íntegras que quedan en el estado, tiene mucha más historia que la antes contada.
Ahí les va el chisme, resulta que el señor Martínez Guerra, no solo puso en duda su pericia para manejar los dineros (de arcas públicas) de la Uni ingeniándoselas para darle una insana frotada de cochinas dudas con los Doctorados a sus fiscalizadores, sino que tiene un obscurísimo expediente de anomalías que rebasan su espantosa idea vigente.
Resulta que Martínez Guerra, ya hacía croac desde antes de la actual Rectoría, ya que fue, desde el mismo puesto, el puntal y cómplice de los desaseados manejos de Manuel Fermín Villar Rubio, (el más oscuro y desafortunado ex Rector vivo registrado.
Villar Rubio ha sido señalado categoricamente como un incansable promotor de su familia en la nómina y de la recategorización nominal y económica de su parentela, Martínez Guerra le ayudó a ocultar sus perversos y corruptos manejos favoreciendo con contratos a los esposos de las hijas de su ex jefe en la empresa Think Green Project.
Hoy es inminente que Isaías Ricardo Martínez Guerra debe dar un paso al costado, no por decencia, (por su trayectoria parece que no la conoce) sino por responsabilidad con la que asume como su alma mater; su presencia y uso de una de las carteras públicas clave le ha generado hoy el repudio generalizado.
La trístemente célebre “Rana” no puede saltar y huír de su responsabilidad, debe rendir cuentas, debe buscar algo de moralidad en su proceder y debe de dejar de poner en riesgo el buen nombre de la Universidad de todos: ya no le queda ninguna otra salida.
En otros temas chonchos, hay varias preguntas que quedan al revisar que en las listas plurinominales del PAN para diputaciones federales se cuela el nombre de la potosina, Nubia Castillo cuya cuna está en Aquismón.
¿Es otro cuadro impuesto por el Azuarismo en llamas?
¿Quién es su activo promotor y además marido?
¿Qué papel juega en el intrincado mapa de intereses políticos, económicos y territoriales de la huasteca?
¿Tienen Nubia y el Azuarismo al mismo patrocinador Morenista?
¿Puede representar a San Luis en el lejano caso de que logre colocarse en San Lázaro?
¿Alguien nos puede, alguna vez con tantita deferencia responder?
