Por Chencha
LOS MUERTOS EN EL CAMINO DE LA 4T
Claudia Sheinbaum, aspirante presidencial del partido en el poder, se desvió de su itinerario previsto en medio de la escalada de violencia en Apatzingán, Tierra Caliente. Los recientes enfrentamientos entre los Caballeros Templarios y los Cárteles Unidos provocaron su repentina cancelación, arrojando luz sobre las desgarradoras realidades que está encontrando en todo el país. Este cambio subraya una constatación aleccionadora sobre el alcance omnipresente del crimen organizado, un fenómeno aparentemente alimentado por el enfoque de seguridad indulgente del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Este cambio se produce tras un desconcertante encuentro apenas diez días antes en Chiapas, donde Sheinbaum se encontró con un puesto de control vigilado por individuos no identificados en una zona controlada por el cártel del Pacífico. Aunque Sheinbaum y el Presidente le restaron importancia, este incidente es un microcosmos del panorama actual de México: un panorama en el que los cárteles ejercen una influencia considerable sobre vastos territorios, usurpando de hecho la autoridad gubernamental. Además, pone de relieve el turbio nexo entre la política y los intereses del narcotráfico, como lo demuestra el enredo de dos días de Sheinbaum en las regiones del sur del país.
Su viaje a través de Chiapas el 20 de abril pintó una cruda imagen del peligroso terreno que atravesó. A lo largo de casi 400 kilómetros, Sheinbaum y su convoy recorrieron carreteras traicioneras, con una presencia de seguridad mínima, a través de territorios sumidos en la guerra entre cárteles. La ausencia de fuerzas de seguridad tradicionales a lo largo de la ruta, típicamente dominada por los cárteles del Pacífico y Jalisco Nueva Generación, subraya la alarmante realidad del dominio de los cárteles en estas regiones.
A pesar de los riesgos inherentes, el paso de Sheinbaum no se vio obstaculizado, lo que plantea interrogantes sobre cómo los cárteles anticiparon y facilitaron su presencia. Este aparente acomodo sugiere una preocupante connivencia o aquiescencia con su tránsito, lo que subraya aún más las difusas líneas que separan a los elementos delictivos de la gobernanza.
La siguiente etapa de su viaje a Motozintla, a lo largo de la inestable frontera entre cárteles rivales, culminó con un sorprendente encuentro en un puesto de control controlado por el cártel del Pacífico. En un flagrante fallo de seguridad, el vehículo de Sheinbaum avanzó sin obstáculos, lo que permitió un breve intercambio con individuos encapuchados que la instaron a combatir a los elementos criminales al asumir el cargo.
Aunque la respuesta de Sheinbaum puede haber sido superficial, ofrece una visión de la intrincada red de alianzas y enfrentamientos que definen el panorama político de México. Su exposición de primera mano a estas realidades subraya la acuciante necesidad de una reevaluación de las estrategias de seguridad y de un esfuerzo concertado para recuperar los territorios cautivos de los intereses criminales.
A medida que la carrera presidencial se intensifica, las experiencias de Sheinbaum sirven como un duro recordatorio de los formidables desafíos que esperan al próximo líder de México, desafíos exacerbados por años de negligencia y complacencia en la lucha contra el flagelo del crimen organizado.
Si a eso le sumamos el hallazgo de una mega fosa clandestina en los límites de las alcaldías de Tlahuac e Iztapalapa señalada por una de las más visibles madres buscadoras del país Ceci Flores y que milagrosamente la Fiscalía de la Capital de la República decidió que eran restros de perros y la propia Claudia atajó en un evento ayer en el que dio a conocer que se econtraron en el lugar también credenciales de elector robadas a personas que estaban vivas. La encuesta de Masive Caller que fue a dada a conocer donde afirman que Xóchitl ya supera por décimas a Claudia es inverosímil, pero que la preocupación por el despertar final de la oposición y del sector polarizado anti Obradorista suceden es algo que ahí está y nos se puede esconder, la realidad rebasa toda narrativa mañanera y los muertos producto de los abrazos y no balazos y las omisiones más criminales que hemos vivido en las últimas décadas en México son evidente factor a un mes de las elecciones.