Por Chencha
Por más que disimulen, está claro que el CEEPAC está metido en camisa de once varas con el tema Villa de Pozos.
Pregunte usted, amable lector, estimada lectora, haga su propio sondeo: interrogue a sus vecinos, a la señora del mercado, al comerciante del centro, a la maestra de sus hijos o hijas, si acaso ellos (siempre y cuando cuenten con domicilio en el municipio de San Luis Potosí) estarían o no dispuestos y dispuestas, a salir de aquí en siete domingos, a emitir su opinión por el SÍ, para que se declare como el municipio número 59, a la actual delegación capitalina de Villa de Pozos.
Cuando en 1946, el entonces gobernador Gonzalo N. Santos declaró por decreto, suprimir como municipios a Pozos, Tierra Nueva, Villa de Arista, Huehuetlán y Agua Buena,fue por razones políticas, eran demarcaciones estratégicas para reforzar su poder en la capital, la zona centro y la Huasteca. La Historia lo está juzgando, y a sus sucesores les pasará lo mismo. El actual proceso de municipalización de Pozos representa el tercer intento de esa demarcación para regresar a ser un municipio independiente en más de 60 años, ¿será la vencida?
La razón principal de sus impulsores, es el olvido al que se tienen que someter los poceños y las poceñas, por no ser la delegación, un receptor directo de recursos públicos; basta darse una vuelta por todo el oriente de la ciudad, para darse cuenta de que ese extremo, ha sido condenado a ser el basurero de la zona metropolitana, desde Cerro De San Pedro hasta La Pila, pero particularmente en Villa de Pozos, que está hecho un chiquero, sus calles son horribles y la gente vive de su propia dignidad.
El CEEPAC imprimirá 670 mil papeletas para el proceso de plebiscito, pero ojo, la ley estatal de participación ciudadana, no marca mínimos ni máximos, por lo que, así participen diez personas el próximo 24 de septiembre en el plebiscito, la decisión que tomen, sería vinculante. Es decir: puede que decidan por el SÍ, pero también puede ser que decidan por el NO.
Pocos se han atrevido a meter cizaña en el seno del CEEPAC porque les conviene mantener la aparente autonomía, pero hoy es de papel; la propia presidenta del organismo encargado de organizar las elecciones, Paloma Blanco, si se le pregunta públicamente, niega tener encima la presión del Ejecutivo para sacar adelante el ejercicio de plebiscito. Incluso asegura que ya estaban preparadas desde el inicio del año, porque sabían lo que iba a venir. Uy sí. Ahora resulta que tienen la bola de cristal en Sierra Leona.
Eso sí, la multifacética Blanco se ha comportado a la altura, y se ha mostrado con los suficientes pantalones para conservar la independencia del CEEPAC (al menos en las apariencias), pero bastará un paso en falso (o que las cosas no salgan bien) para que caiga de la gracia de quienes tienen del mango a esta sartén llamada San Luis Potosí.
Imaginemos que, de plano, la mayoría de la población capitalina elige el NO a la municipalización de Pozos el próximo 24 de septiembre, sin márgenes y de manera contundente; que no haya chanchullo y la decisión sea clara; ¿Cómo quedará la señora Blanco frente al gallardismo? ¿Le pedirán que se separe del cargo?
En cualquier escenario, se avizora una confrontación peligrosa dentro del organismo “autónomo” que se rasca como puede, metido en el embrollo más absurdo de su historia reciente y en plena temporada electoral.