A Sheinbaum se le debe exigir eficacia y resultados como a cualquier gobernante: Ángela Gasca

LOCALES, SAN LUIS

José de Jesús Ortiz

Es una voz joven en la academia y en el análisis de la actividad política, enfocada al estudio del contexto internacional y en particular de la llamada Alianza del Pacífico, integrada por MéxicoChilePerú y Colombia. Dice que del nuevo gobierno que encabezará Claudia Shenbuam se puede esperar que asuma un mayor liderazgo y relación con América Latina. También, sostiene que a la virtual presidenta electa se le debe evaluar y juzgar como a cualquier actor político: por su eficacia y resultados, no por una cuestión de género.

Advierte que la oposición pareciera vivir en otra realidad, sin capacidad para entender y analizar lo que se vive en México y lo que han significado las políticas sociales aplicadas por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Egresada de la licenciatura en Negocios Internacionales por el Tecnológico de Monterrey y doctorante en Estudios Latinoamericanos en Territorio, Sociedad y CulturaAngela Roseli Gasca Torres considera también que no por el hecho de ser mujer la presidenta electa va a aplicar políticas feministas o una agenda de género, sino que posiblemente actuará con pragmatismo, en la búsqueda de consensos con distintas fuerzas y expresiones políticas y sociales. “Hay que hacer notar que no todas las mujeres por ser mujeres son feministas, además de que tenemos distintas ideas de lo que es el feminismo”.

De los errores cometidos por la coalición opositora que postuló a Xóchitl Gálvez, dice que no fue la mejor candidata, además de que “cometió muchos errores en términos políticos y en clave electoral”, además de que era difícil conjuntar los intereses del PRIPAN y del PRD, como se mostró al final; en tanto, la campaña de Claudia Sheinbaum fue ordenada, con una candidata disciplinada, que prácticamente no cometió errores.

Profesora en la Facultad de Administración de la UASLP, Gasca Torres realizó una estancia internacional en la Universidad Libre de Bruselas y Estancia Nacional en el Colegio de San Luis y ha realizado diversas publicaciones académicas en la revista Perfiles Latinoamericanos y en México y la Cuenca del Pacífico. Días después del 2 de junio, a bote pronto, analiza los resultados de la elección.

Astrolabio: ¿Qué balance haces de la elección de 2 de junio y la victoria contundente de Claudia Sheinbaum y la coalición de partidos que la postuló?

Angela Gasca:  La victoria es algo que ya se esperaba ya lo veníamos anticipando, lo que no anticipábamos era ese margen, eso sí es lo que hay que rescatar: ese apoyo que se le da a Andrés Manuel López Obrador en los estados de la República, independientemente de que en algún estado específico a lo mejor tal o cual partido de esta colisión no tuvo un desempeño destacado, se nota que el respaldo es hacia el movimiento, a darle a continuidad a lo que se hizo en el primer periodo (de López Obrador) y ahora continuar bajo el mandato de Claudia Sheinbaum.

Lo que me gustaría rescatar, sobre todo de la parte de que tengamos a la primera mujer como presidenta de México después de 200 años de vida independiente, es que cuando hablamos de una nueva presidenta no es que las mujeres tengamos superpoderes, pues hay como este discurso de que al ser presidenta se espera el doble de ella. Siento que debemos esperar lo mismo que de cualquier otro gobernante: que haga un buen trabajo, que sea eficaz, eficiente, que tome las riendas del país, que se desempeñe de manera correcta. Hay que dejar de lado ese discurso de que por ser mujer hay que medirla con una doble vara, de lo tiene que hacer bien porque además es mujer. Eso también es parte del balance del resultado de estas elecciones, de ir rompiendo estos techos de cristal. Hay que darle también espacio para que trabaje, darle tiempo al tiempo, esperar que las cosas se vayan este asentando y confiar también en su plan de gobierno y en lo que nos ha dicho que es lo que tiene para el país.

A: ¿Te genera alguna expectativa en particular el que sea una mujer quien encabeza la Presidencia de la República o por lo que planteas tú no harías distinción?

AG: No me gustaría hacer una distinción porque siento que justo entramos en este discurso de que, por ser mujer, deberíamos de medirla con una doble vara. También hay que hacer notar que no todas las mujeres por ser mujeres son feministas, además de que tenemos distintas ideas de lo que es el feminismo. Tampoco podemos esperar que por tener a la primera mujer presidenta, ergo se tengan políticas feministas o el país tenga un rumbo feminista. Hay que pensar que Claudia Sheinbaum es pragmática y tiene que lograr consensos y lograr acuerdos. Para mí es más importante esa parte de la gobernabilidad del país y si en un segundo plano se dan cause a estas otras luchas, feministas, etcétera, que bueno, adelante.

A: ¿Cuáles serían par ti los factores que explican el fracaso de la campaña de la oposición y de la candidatura Xóchitl Gálvez y por otro lado el triunfo tan amplio de Claudia Sheinbaum y los partidos que la postularon?

AG: Creo que el fracaso tiene que ver, uno con el perfil de la candidata Xóchitl Gálvez que no era una buena candidata en términos políticos, no tenía esta presencia, tuvo muchos errores; en cambio Claudia, y de hecho se dijo mucho en la prensa, hasta se le categorizaba o se le llamaba una candidata una persona muy fría, pero siento que ese era el rol que ella estaba cumpliendo y lo hizo de una manera correcta, tenía una chamba, una encomienda y la hizo de manera eficaz, a la mejor no despertó mucho clamor como lo ha hecho Andrés Manuel López Obrador, pero cumplió. Por el contrario, Xóchitl Gálvez no fue la mejor candidata, dentro de su misma campaña cometió muchos errores en términos políticos, en clave electoral, por ejemplo: si hacemos un análisis de la cobertura que tuvo Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum, Claudia cubrió el doble de estados de ella, visitó el doble de las entidades. Y también, esta es ya una opinión muy personal, desde que se hizo esta alianza y tratar de conjuntar centro, conservadores y el PRI todo en un mismo saco, siento que esa misma concepción fue difícil. Xóchitl cometió muchos errores, Claudia no cometió prácticamente errores o muy pocos, creo que eso también es parte de la victoria.

A: Desde algunos espacios de opinión en los medios de comunicación, algunos comienzan a advertir de la concentración de poder que tendrá el nuevo gobierno, como si fuera ya por sí mismo un factor negativo ¿un gobierno mayoritario necesariamente conduce a un gobierno autoritario?

AG: Desde mi perspectiva no, desde mi perspectiva lo que hay que tener en cuenta es que un gobierno mayoritario lo que le va a permitir es una gobernabilidad. No podemos brincar de gobernabilidad hacia el autoritarismo, yo lo veo desde la perspectiva más de tener un mayor margen para hacer más cosas y creo que eso también le puede significar para ella (Claudia Sheinbaum) y para su gobierno un estándar más alto, de decir ‘bueno tienes todas las cartas ahí listas para que las las puedes mover, pues adelante’ y entonces esperaríamos más resultados. Yo lo veo como un camino hacia una mejor y mayor gobernabilidad y por tanto podríamos esperar mejores resultados, de ahí a que eso suceda es otra cosa.

A: También, desde el análisis político algunos plantean que los resultados de la elección del 2 de junio marcan el fin del llamado régimen de la transición que empiezan en los años 90, en 1997 en particular, y se está en un proceso de reconfiguración del sistema de partidos ¿lo ves así, que ese régimen de partidos que conocimos en los últimos 30 años quedó pulverizado y vamos hacia algo diferente?

AG: Pienso que sí vamos hacia algo diferente, si vemos los resultados de la elección el PRD está perdiendo su registro. Entonces, sí se está configurando un nuevo escenario, pero creo que eso también es parte de la democracia, no necesariamente tiene que ser algo malo, puede ser algo bueno que existan nuevos liderazgos, nuevas formas de gobernar, nuevas ideas y nuevos rumbos. Sí, hay un cambio, pero pues hay que verle el lado positivo, que ese cambio no necesariamente tiene que ser algo malo, sino que de esa reconfiguración pueden resultar nuevos escenarios, nuevas dinámicas, inclusive nuevos perfiles, lo cual me parece excelente. O que las juventudes tengan también otras plataformas para participar, eso a mí me parece muy bien.

A: ¿Cuáles serían para ti las particularidades principales del proceso político en México durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y lo que se vislumbra con Claudia Sheinbaum? ¿qué diferencias ves con otros procesos en América Latina de estos gobiernos progresistas?

AG: Yo con Andrés Manuel lo que vi fue unidad, el resultado de su gobierno es que logró darle cohesión, él fue este pegamento que unió a distintas voces y eso le dio mucha fuerza a su movimiento y siento que esto va a continuar con Claudia. Comparándolo, en clave en América Latina, cuando hablamos de gobernabilidad, por ejemplo, con el caso del presidente peruano Pedro Castillo, él no podía trabajar, no podía hacer nada porque tenía una oposición mayoritaria en el Congreso. Siento que ese extremo tampoco es adecuado y en ese caso tuvo un resultado muy negativo.

Andrés Manuel, lo que significa también para la región pues es este gran comunicador, el que cohesiona a todas estas masas, que le da una voz y un voto a toda esa sociedad que no se había sentido representada y que ahora ve en esta figura, en este mandatario, a alguien que verdaderamente es cercano a ellos, alguien con el que verdaderamente se pueden identificar y que son la mayoría de las personas. Pienso que eso es muy importante y creo que la clave de Andrés Manuel en la región es justo también eso, una figura que logra hacer este engranaje con los demás países, con Gustavo Petro (en Colombia), con Lula da Silva (en Brasil), y eso le ha permitido trabajar bien en la región y anclar a México dentro de la región de América Latina, porque pues claro nos ven como parte de América del Norte. Andrés Manuel sí le dio, un poco, esa importancia a América Latina y yo esperaría, ese sería uno de mis anhelos con Claudia, que sí volteara a ver a América Latina y a todos esos bloques regionales y dinámica que existe en la región.

A: ¿Cómo se explica el triunfo avasallante de Morena en la elección? ¿hay algún caso similar en América Latina de una fuerza política que en tan poco tiempo haya llegado al poder?

AG: Que haya llegado tan rápido y con tanta fuerza no. Creo que justo la clave de Morena es esa afinidad, esa cercanía que ha logrado tener Andrés Manuel López Obrador y todo el movimiento con la base de la pirámide social. Cuando se analizan los resultados del gobierno de Andrés Manuel hay gente que le cambia la vida esos dos mil pesos o la cantidad que sea que se le da con esas transferencias. Ese resultado, este crecimiento responde a eso, que les ha dado respuestas a las necesidades de las personas… durante la transición, durante los periodos de Vicente Fox y Felipe Calderón el ingreso de las familias y de las personas más ricas creció del 2 por ciento relacionado con el ingreso nacional hasta el 30 por ciento, o sea, la concentración de la riqueza que se dio en ese periodo es brutal. Llega Andrés Manuel, sube el salario mínimo, becas, etcétera. Esa expansión (de Morena), ese rápido crecimiento responde justo a eso. Creo que era un resultado que se esperaba tomando en cuenta todas esas variables. El problema de la oposición y de todos los que conformaban ese otro bloque es que no observan esa realidad.

A:  En los Cien compromisos para la transformación que durante la campaña presidencial presentó Claudia Sheinbaum, planteó “nos comprometemos a fortalecer el papel de liderazgo de México en América Latina y en el escenario mundial, extendiendo nuestra influencia a través de la promoción de diálogos y cooperaciones que reflejen nuestros principios constitucionales y prioridades estratégicas”. ¿Qué cambios consideras podría haber en el nuevo gobierno en materia de política exterior, en particular en la relación con los países de América Latina o esperarías que continuara en términos generales la misma política?

AG: Yo sí quisiera que diera ese salto, que tuviera una presencia mucho más activa. Al principio Andrés Manuel ni siquiera salía, ni siquiera viajaba, ya hacia el final lo empezó a hacer y a tender esos puentes. Pienso que a América Latina no se le ha dado esa importancia que se requiere y las cifras así lo dicen, nosotros estamos enfocados en términos de comercio con Estados Unidos y creo que Claudia sí necesita dar ese salto y tener una presencia mayoritaria de México en la región. Siento que nosotros tenemos un rol que cumplir dentro de esa región y tenemos una importancia económica real, por ejemplo, en la Alianza del Pacífico integrada por cuatro países (Chile, Colombia, México y Perú), México es el que mayor comercio tiene dentro de la región. Hay que unir esas fuerzas justo ahora que la región se está configurando de tal forma que los gobiernos tienen ciertas afinidades y están más enfocados en esa línea, impulsarlo y aprovechar esa puerta que se está abriendo para llevar a América Latina hacia otras latitudes.

A: ¿Crees que las condiciones geopolíticas en América Latina son propicias para eso?

AG: América Latina ha recobrado una importancia relevante en el escenario político internacional justo también por los conflictos que suceden en otras latitudes como Europa, con estos conflictos en estas regiones, entonces ahora los países también comienzan a voltear más hacia esta región. Creo que es un buen momento para aprovechar esa plataforma y existen estas afinidades ideológicas en en la mayoría de los países o en los países que tienen una mayor presencia, dejando de lado a Argentina (con el gobierno de Javier Milei) para poder hacer una buena sinergia en la región.

A: La noche del 2 de junio, en su discurso en el Zócalo, Claudia Sheinbaum planteó un compromiso muy claro con las libertades y dijo que respetará la diversidad política, social cultural de género, sexual y luchará contra cualquier forma de discriminación. ¿Es posible esperar un gobierno más a la izquierda que el de López Obrador?

AG: Comparado con Andrés Manuel López Obrador sí creo que va a ser un gobierno más progresista, empezando porque Andrés Manuel no lo podíamos categorizar como un gobierno progresista porque él sigue siendo un gobernante, claro con ciertas ideas de izquierda, pero hasta cierto punto conservador. Con Claudia sí esperaría ese cambio hacia un progresismo más liberal. Ahora, las distintas luchas y personas que componen este país, van a tener distintas perspectivas de ese progresivo, cuando hablamos, por ejemplo, de derechos reproductivos hay algunas mujeres que van a tener unas ideas quizá más progresistas que otras, por lo que creo que la tarea del gobernante es tratar de llegar a consensos y tratar de llegar a ese punto medio.

A: En particular en la cuestión de género y las reivindicaciones de las luchas feministas ¿qué esperarías desde mi perspectiva?

AG: Desde mi perspectiva, esperaría que se acercara con las distintas luchas, que establezca primeramente un diálogo para saber qué es lo que se busca y tratar de llegar a acuerdos. El primer paso que esperaría es que se acercara, que tuviera esa apertura, pues con Andrés Manuel López Obrador no vimos tanto esa apertura… Pero igual hay que hacer esa distinción, de no por ser mujer vamos a esperar que sea la más feminista, pero ciertamente sí puede darle otra perspectiva, buscar los consensos y generar un mayor acercamiento con estas luchas feministas.

A: ¿Con Claudia Sheinbaum es posible esperar un gobierno más racional y técnico que el de López Obrador?

AG: Sí, creo que su formación científica, de académica, le va a dar una mayor profesionalización… sí se espera que con esa con esa base metodológica que ella tiene, de su trabajo en pasados gobiernos, en el Gobierno de la Ciudad de México, etcétera, tenga una mejor estructuración de la Función Pública, pero ojo: eso no se lo da el hecho de ser mujer, eso se lo da su experiencia, formación académica y científica. A eso me refiero con este como doble estándar que se le quiere dar a las mujeres de decir bueno ya llegó y ahora se espera mucho más de ti, pero no es así, es como cualquier otro gobernante, se esperan resultados con en base en las capacidades que ella tiene, no por ser mujer tiene visión de rayos x, tiene capacidades técnicas, administrativas o de gobierno que la pueden llevar a generar buenos resultados. 

A: ¿Qué opinión tienes del discurso que ha mantenido la oposición de que la del 2 de junio fue una elección de Estado? ¿ves alguna posibilidad de que prospere la impugnación en curso de la elección que ha hecho la oposición?

AG: En relación con la impugnación, pues están en su derecho, Andrés Manuel lo hizo obviamente con un margen de diferencia mucho más pequeño, pero bueno, lo hizo. Están en su derecho y qué bueno que se transparente en todos esos procesos. Son los pasos que se están siguiendo en en relación con el proceso, es algo natural y que bueno que se dé.

En cuanto a la elección de Estado no podría etiquetar de esa manera, sí podríamos hablar de que ha tenido (Claudia Sheinbaum) un cierto respaldo, ha tenido un empujoncito de este gobierno, lo cual es algo que también se esperaría. Ahora, que eso lo haga de manera legal o ilegal, pues eso sí hay que definirlo. Lo más importante es respetar las reglas del juego y si la regla dice que el presidente no puede hacer x, y o z, bueno pues que se les sancione… estamos hablando sí, de una intervención de un respaldo, pero ya para llegar hasta la otra categoría como elección de Estado, creo que le falta un tramo muy largo. Que la oposición llegue hasta las últimas instancias, están en su derecho y qué bueno que lo hagan porque justo eso también habla de lo que es la democracia, de cómo funciona, porque también el discurso de la oposición era que la democracia está en riesgo y si tu votas por ellos (Claudia/Morena) se va a acabar, pero no, la democracia no se acabó, ganó Claudia y el sistema sigue, la democracia sigue, no nos convertimos en Venezuela del Norte. Qué bueno que se lleven a cabo todos esos recursos conforme a lo que marca la normativa, porque esto también respalda este discurso de que no es el fin de la democracia como nos querían hacer creer.

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