¡A VER SI YA!

AUTONOMUS ALUMNI, OPINIÓN

Por Luis Lauro Ramos Rodríguez, @lauroramosr.
El debate en torno a la “autonomía financiera” de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí no es un tema nuevo. Sin embargo, su aparición reciente en el debate público, se debe a acuerdos políticos y la aparición de intereses nocivos para la misma universidad.
NARRATIVA
La propuesta de autonomía financiera, que lleva más de un año atorada en el Congreso del Estado, ahora parece tener un rumbo más claro.
En octubre de 2023, en el marco del centenario de la UASLP, la narrativa era más o menos así: La universidad denunciaba que el gobierno estatal mantenía una deuda millonaria con la institución, misma que se negaba a saldar a menos que la universidad aceptará auditorías estatales.
En respuesta, el rector Zermeño decía que las auditorías a la universidad eran de carácter federal y que sus resultados eran positivos. Incluso, reconoció a los responsables de dichas auditorías, David Colmenares y Emilio Barriga con doctorados honoris causa.
Ambas partes estaban montadas en su macho, en ocasiones hasta aprovechaban para mandarse mensajes pasivo-agresivos como cuando el gobernador le pidió al rector que dejará de proteger a funcionarios tenebrosos del pasado, como el caso de Federico Garza, anterior Fiscal General del Estado y que ahora se desempeña como Secretario General de la universidad.
¿QUÉ CAMBIÓ?
El punto de inflexión llegó con la reelección de Alejandro Zermeño como rector, en la que la aspirante Guadalupe Briano, candidata favorita de Gallardo, quedó muy lejos de la victoria. Por un lado, el gobernador Gallardo se dio cuenta de que Zermeño estaría en su puesto incluso por más tiempo que su mismo mandato. Por el otro, el rector pareció optar por una estrategia de conciliación para garantizar cierta estabilidad en los próximos tres años.
A partir de este acercamiento todo cambió, la deuda del gobierno estatal con la UASLP, que ahora asciende a cerca de 400 millones de pesos, ha dejado de referirse como deuda y se define ahora como una “disparidad presupuestal”, por el mismo rector. Y según el acuerdo alcanzado, esta brecha se subsanará a través de inversión en obra pública, y es aquí donde caben más dudas que certezas.
Si bien la infraestructura universitaria requiere atención urgente, este dinero no debería de quedar a disposición del gobierno del estado, sino de la misma casa de estudios, y debería ser destinado a las muchas urgencias de la misma. Aumentar la matrícula de la universidad, la oferta académica, mejorar salarios hora de los profesores, o de plano a cosas más exóticas como tener papel, jabón y agua en los baños de sus facultades.
¿Y LA TRANSPARENCIA?
La ejecución de estas obras no estará a cargo de la universidad, sino de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas (SEDUVOP), una dependencia con antecedentes preocupantes de opacidad en sus procesos. Entre enero y septiembre de 2023, la SEDUVOP no hizo pública información relevante sobre licitaciones y adjudicaciones de contratos, incumpliendo sus obligaciones como sujeto obligado de transparencia.
Este nuevo esquema de conveniencias, se alinea con uno de los intereses más tajantes del actual gobierno estatal, en el que prevalece la máxima de que “entre más obra, más sobra”, existe el riesgo de que estos proyectos sean asignados a las empresas constructoras favoritas del gallardismo, esas dispuestas a ceder parte de sus ganancias a los que les den trabajo y dejando en segundo plano la calidad de las obras y el beneficio real para la universidad.
YA DE LAS TAN NECESARIAS AUDITORÍAS, NO SE HABLA NADA.
El manejo político de la autonomía financiera de la UASLP no solo compromete la independencia de la institución, sino que también afecta directamente a los principales actores de la comunidad universitaria, que son los estudiantes y los maestros.
No les importa a quienes toman las decisiones, ni la transparencia ni la educación misma.
La autonomía financiera debería ser un tema de debate técnico, enfocado en el fortalecimiento institucional y el mejoramiento educativo, no una moneda de cambio en el juego político.
Ahora que Gallardo parece estar de acuerdo con que se desahogue este tema, nuestros legisladores, esos que solamente trabajan por consigna, parece que ya prestarán atención a este tema, para ver si de una vez por todas, dejan fuera a la máxima casa de estudios de nuestro estado, de sus pleitos chafas.
AL MARGEN
No se si alguien todavía se acuerde de Rafael Aguilar Fuentes, no creo porque ya ni los verdes lo pelan. Este personaje ahora intenta, muy escuetamente, hacerlas de periodista independiente en medios digitales, se atreve a hablar mal de quién sea, como si gozara de una calidad moral tal para eso. ¿Ya se le habrá olvidado su detención en el 2019 por presunto abuso sexual? ¿Ya se le habrá olvidado que lo corrieron del Archivo Histórico por andar agrediendo policías municipales? ¿Ya se le habrá olvidado que, en mayo del año pasado, una mujer publicó fotografías de él allanando su hogar, agrediendo verbal y físicamente, y las imágenes de sus pastillas azules para contrarrestar la impotencia sexual que padece? Por si sí, se los recuerdo.
Hasta la próxima semana

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