Algunos corredores importantes del oriente de la capital, como la avenida Ricardo B. Anaya, más allá del Periférico Oriente, siguen cayendo en una dinámica de abandono de instalaciones que antes sirvieron para albergar empresas públicas como el Rastro Municipal o dependencias como el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA).
Es el caso de una extensa propiedad ubicada en el número 3000 de la citada vialidad, que actualmente tiene daños visibles como vidrios rotos, protecciones robadas y muros grafiteados en las oficinas que antes se dedicaron a la instrucción de personas.
Al parecer, estas instalaciones ya llevan varios años olvidadas y sin uso, cosa que han detectado los ladrones y vándalos del rumbo que ya se han introducido a llevarse cualquier cosa que pueda ser vendida y así conseguir algo de dinero.
Dentro del inmueble todavía se pueden observar materiales del INEA arrumbados en los rincones, junto a todo aquello que no fue considerado útil por los saqueadores.
La avenida Ricardo B. Anaya, a pesar de contar con un gran dinamismo económico, tiene tramos más allá del Periférico que han quedado en el olvido por parte de autoridades en cuanto a mantenimiento, limpieza y equipamiento urbano, lo que ha provocado el deterioro de propiedades y por ende, la caída de la plusvalía de la zona.
Pulso.