El sujetador, prenda insustituible donde las haya, muy a pesar de los movimientos pro liberación femenina, supone para muchos hombres un quebradero de cabeza, un muro instalado entre su deseo y su habilidad que muchas veces no pueden traspasar.
Como mujeres estamos acostumbradas a ponernos y quitarnos el sujetador a diario y no podemos comprender cómo un acto tan mecánico les puede suponer un problema a muchos hombres.
Sujetadores con el cierre en la espalda
La mayoría de los sujetadores que utilizamos llevan el cierre en la espalda en forma de varios corchetes. Y son los corchetes los que suponen un problema a la hora de manipularlos. Eso al menos es de lo que se quejan los hombres, salvo honrosas excepciones que afirman que pueden desabrochar un sujetador con una sola mano. Para ayudarlos en esta tarea, se encuentran en Youtube multitud de vídeos explicativos con las instrucciones precisas para desabrochar el sujetador.
Y mientras los hombres siguen preocupándose por los broches de cierre, las mujeres nos encontramos con otras dificultades bien diferentes a la hora de comprar lencería. Las diferentes copas, acertar con la talla adecuada, los tirantes, el tejido… todos ellos detalles que pueden hacernos conseguir el escote perfecto
Advertimos que el único secreto para abrochar y desabrochar un sujetador con éxito consiste en tensar las tiras de la espalda y los broches de ambos lados encajan perfectamente.
Sujetadores con el cierre delantero
Pero para todos aquellos que aún no han perdido el miedo a enfrentarse con un sujetador al uso, los fabricantes de lenceria han tenido a bien sacar al mercado sujetadores con cierre delantero, con lo que ganan en comodidad y practicidad. Además la tira que va a la espalda puede ser de un tamaño más grande del habitual por lo que la sujeción es mayor. Es cierto que los sujetadores con cierre delantero pueden presentar problemas de rozaduras dependiendo del tejido, y otro de los inconvenientes de estos sujetadores es que hay menos variedad y en algunas tiendas directamente no se encuentran. Últimamente están proliferando mucho también los cierres delanteros por imán. A pesar de que, a priori, puede parecer un sistema peligroso, lo cierto es que son unos imanes pequeños pero muy potentes que funcionan a la perfección.
En cualquier caso, lo que mucha gente se pregunta es por qué los cierres de sujetadores son corchetes y no, por ejemplo, botones o cierres de presión. Pregunta para la que en realidad no tenemos respuesta. Sí nos llegan, en cambio, algunas formas alternativas de abrochar el sujetador con cierre trasero y es girarlo para abrocharlo por delante donde el movimiento del brazo es más natural y una vez cerrado, colocarlo en su sitio.
Otra idea es abrochar el sujetador sin que todavía esté puesto y luego colocarlo como si fuera una camiseta. Pero desde ya advertimos que cualquier truco puede que resulte más difícil que el procedimiento normal. Siempre quedará la opción de comprar alguno de esos sujetadores deportivos que no tienen cierre, ni delanteros ni en la espalda, y que son muy cómodos.