Donald Trump ha cumplido una de sus promesas de campaña más peculiares: eliminar los popotes de papel. A través de una nueva orden ejecutiva, el presidente de Estados Unidos ha ordenado al gobierno federal restablecer el uso de popotes de plástico, argumentando que los de papel son frágiles, costosos e ineficaces.
“Los popotes de papel se rompen. Es cuestión de minutos o segundos para que exploten si tomas algo caliente. ¡Volveremos a los popotes de plástico!”, declaró el mandatario, quien ha mantenido una postura firme contra esta alternativa ecológica.
Desde su campaña, Trump ha insistido en que los popotes de papel no funcionan y que su prohibición es innecesaria, asegurando que no hay evidencia suficiente de que los popotes de plástico causen más daño ambiental.
La decisión ha generado debate, ya que muchos estados han promovido regulaciones más estrictas contra el plástico de un solo uso. Sin embargo, Trump ha reiterado que su prioridad es la comodidad de los ciudadanos por encima de restricciones ambientales que, según él, son exageradas.