El cuarteto surcoreano dejó boquiabiertos a sus seguidores con su segunda gira mundial, llena de magia, baile y mucha energía.
Aespa, el cuarteto femenino surcoreano, no solo cautivó a sus seguidores con su talento, sino que los hizo sentir como si realmente provinieran de otro planeta. Desde su debut como avatares de Kwangya, el mundo virtual que acompaña su concepto, Karina, Giselle, Winter y Ningning han demostrado que su música y presencia escénica son únicas.
La noche del martes, las artistas arribaron al Palacio de los Deportes de la Ciudad de México para ofrecer su esperado Live Tour Synk: PARALLEL LINE. Con una producción espectacular, acompañada de coreografías de alto nivel, las 10,500 fans, conocidas como MYs, corearon y bailaron sin parar durante todo el concierto.
La multitud, armada con sus lightsticks brillando al ritmo de la música, esperaba ansiosa el inicio del show. A las 20:00 horas, después de una proyección de símbolos que acompañaron el espectáculo, las chicas hicieron su aparición, rodeadas de hielo seco y luces intermitentes, desatando los primeros vítores de la noche.
Vestidas con trajes blancos que reflejaban su personalidad única, las integrantes comenzaron con su éxito Black Mamba, que emocionó de inmediato a los fans. La primera parte del concierto estuvo llena de sus hits más populares como Drama, Salty & Sweet y Supernova, con cada miembro brillando en su momento individual.
Como en muchos conciertos de K-pop, la historia del tour se fue desarrollando a lo largo del espectáculo. Las chicas mostraron su lucha interna en un viaje de autodescubrimiento, donde primero estuvieron atrapadas en cuartos oscuros, pero al final, encontraron su libertad y confianza. Esta narrativa se transmitió mediante videos entre canciones, manteniendo a la audiencia cautiva.
El vestuario cambió varias veces durante el show, desde minivestidos coloridos hasta jeans y sudaderas casuales, adaptándose a los diferentes momentos del concierto. Incluso, las chicas se tomaron un momento para interactuar con el público, comentando que habían probado tacos y quesadillas, lo que hizo que los asistentes se sintieran más cercanos a ellas.
Uno de los puntos culminantes fue cuando las chicas interpretaron canciones en solitario como Dopamine (Giselle), UP (Karina), Bored! (Ningning) y Spark (Winter), demostrando su versatilidad como cantantes y bailarinas. A pesar de algunos pequeños contratiempos, como un momento difícil para Giselle debido a la altura, el show siguió sin detenerse, con las chicas apoyándose mutuamente.
El gran final llegó con un cambio de vestuario hacia un look más audaz y sensual, con atuendos de cuero y cadenas. Los movimientos más atrevidos y la energía de las chicas alcanzaron su punto máximo, con éxitos como Whiplash, Set the Tone, Next Level y Armageddon, dejando a la audiencia con ganas de más.
Antes de despedirse, Aespa desafió a sus fans en un Dance Challenge Time, en el que los asistentes demostraron sus habilidades para seguir las coreografías, sorprendiendo a todos con su destreza. Así, la noche demostró que, aunque Aespa es de otro planeta, sus fans tienen un brillo propio.