Se manifestó una multitud de simpatizantes de los Reales del San Luis FC, por las calles de la capital potosina, por la salida de la franquicia de futbol profesional de la ciudad, lo que desquició las vialidades y molestó a automovilistas y peatones. Los manifestantes, en su mayoría jóvenes, gritaban consignas y reclamos en contra del gobernador Fernando Toranzo Fernández “por no haber hecho lo suficiente” para que se quedara el equipo y en contra de Carlos Hugo López Chargoy, propietario de la escuadra, a quien simplemente calificaron como “un mercenario”.
A través de las redes sociales convocaron para reunirse en el estacionamiento de Soriana de la Glorieta Juárez a las cuatro de la tarde, se congregaron ahí y avanzaron sobre avenida Universidad hasta llegar a la alameda Juan Sarabia, ya en el centro de la ciudad, donde obstruyeron la circulación de las vialidades, provocando que los vehículos y el transporte público tuviese que desviar su ruta.
Automovilistas, pero sobre todo personas que esperaban tomar el transporte público en esa zona, se molestaran con los manifestantes e incluso llegaron a registrarse varios altercados y conatos de bronca, después de un tiempo avanzaron hacia el primer cuadro de la ciudad, la plaza de Armas y el Palacio de Gobierno, para después retirarse y avanzar sobre Alvaro Obragón y Carranza hasta su intersección con Reforma y Uresti, donde volvieron a cerrar la circulación.
Al lugar acudieron elementos de la Secretaría de Seguridad Pública y de la Secretaría General de Gobierno, quienes hicieron labor de convencimiento y después de un tiempo los manifestantes accedieron a liberar la circulación a cambio de que fuera abierta una mesa de diálogo y una comisión pudiera dialogar con alguna autoridad en Palacio de Gobierno, porque de nueva cuenta se trasladaron hacia allá, dejando, como en todo su recorrido, las calles llenas de papeles a manera de confeti y rollos de caja registradora.
Ingresaron al patio central del Palacio de Gobierno, donde se les dijo que entraría una comisión de cuatro o cinco personas, mientras tanto gritaban consignas en contra del gobernador del estado, reclamos en contra del dueño del club Carlos López Chargoy y hasta clásicos gritos de batalla del equipo potosino, el conocido “San Luis, San Luis” y “No se vende, esta banda no se vende”.
Al poco tiempo se les informó que debían conformar la comisión, ya que los recibiría el director del Instituto Potosino del Deporte, Armando Zacarías Gutiérrez. A la salida de la breve reunión el funcionario señaló que se les explicó que el equipo potosino en realidad era una empresa privada, de un dueño privado, además de que se hizo todo lo posible porque se mantuviera en la plaza, pero que al final de cuentas el dueño del equipo tomó su decisión, además de que debían elaborar un pliego petitorio, para que la administración estatal les pudiese resolver en qué sí y en qué no pudieran ayudar a la solución de la situación.
Dijo también que tanto él como el titular de la Sedeco hicieron su trabajo de acercar a los empresarios potosinos al equipo, sin embargo, nunca se pudo llegar a un acuerdo principalmente porque, según dijo, el dueño de la institución “no supo vender su proyecto”. Además recordó que el propio López Chargoy le comentó que tan solo de nómina tenía que pagar 12 millones de pesos mensuales, por lo que ya estaba prácticamente “con el agua al cuello”.
Zacarías Martínez añadió que el empresario poblano les comentó que su esperanza era mantener el equipo en la ciudad, a base de los ingresos por las entradas a los partidos, ya que no podía comercializar la publicidad en la playera por contratos anteriores, ni podía vender los espacios en el estadio, porque son del dueño del inmueble, además de que le tenía que pagar la renta del mismo, que resultaba demasiado onerosa, sin embargo, desde un principio la asistencia al estadio no fue la mejor.
Hizo hincapié en que el gobierno estaba tan comprometido con que se pudiese mantener el equipo, que se le ofreció al empresario que se mudaran al estadio Plan de San Luis, sin costo alguno, para que no tuvieran que pagar renta y pudiesen comercializar los espacios libremente. “De hecho se planteó el anteproyecto a la Conade, para la rehabilitación del estadio y que pudiese albergar a la Primera División, pero no obtuvimos una respuesta favorable”.
Finalmente, externó que tiene conocimiento de que empresarios potosinos están en la pugna de conseguir la franquicia de liga de ascenso, para que la ciudad no se quede sin un equipo profesional, además señaló que en lo que a él respecta, buscará un acercamiento con la gente del club, para que toda la estructura de fuerzas básicas del equipo no quede desamparada en estos momentos de incertidumbre y los jóvenes pueda continuar su desarrollo deportivo, acogidos ahora por el Instituto Potosino del Deporte.
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