La discusión sobre los nuevos aranceles que México aplicará a productos de Asia sigue avanzando, mientras especialistas advierten que estas medidas podrían traer efectos económicos y políticos importantes, especialmente porque México depende más de China que Estados Unidos.
Desde distintos sectores se ha señalado que aumentar los impuestos a mercancías asiáticas encarecerá la producción nacional. El consultor en comercio internacional Jorge Molina Larrondo explicó que los aranceles suelen generar distorsiones de mercado y no solucionan los problemas estructurales de la economía, sobre todo cuando existe un control aduanero débil.
De acuerdo con sus estimaciones, el 77% de las importaciones que llegan al país son insumos y bienes intermedios. Por ello, cualquier alza de costos terminará afectando a las empresas y frenando el crecimiento del PIB.
Además, el especialista advirtió que México es especialmente vulnerable ante una confrontación comercial con China. Del total de importaciones que provienen de países sin tratado comercial, el 39% corresponde a estas naciones, y dentro de ese porcentaje, la mitad viene de China. Mientras Estados Unidos compra apenas el 9% de sus importaciones a ese país, México adquiere el 20%, lo que incrementa su riesgo ante cualquier represalia comercial.
A pesar de este escenario, el proceso legislativo para los nuevos aranceles continúa. Funcionarios federales informaron que el dictamen con los ajustes a la Ley de los Impuestos Generales de Importación y Exportación llegará esta semana a la Cámara de Diputados. Incluso se tiene ya una fecha: la Comisión de Economía sesionará el 8 de diciembre y se espera que la propuesta sea votada al día siguiente.
El documento llegará con cambios después de las mesas de diálogo que el Gobierno federal sostuvo con sectores como el automotriz, manufacturero, metalmecánico, textil y de bienes de consumo. En esos encuentros, realizados el 26 de noviembre, las cámaras empresariales presentaron diversos argumentos sobre los efectos que tendrían los aranceles.
Gracias a ese intercambio, los funcionarios confirmaron que se hicieron ajustes en varias fracciones arancelarias. Las modificaciones incluyen reducciones y adecuaciones que surgieron directamente de las inquietudes de los industriales, quienes señalaron que algunos sectores se verían gravemente afectados por los aumentos propuestos.
Sin embargo, especialistas consideran que, aunque hubo apertura al diálogo, es poco probable que el Gobierno reduzca sustancialmente los aranceles, ya que una parte importante del Plan México tiene como objetivo disminuir las importaciones de Asia mediante este tipo de medidas.
Entre los sectores con mayor impacto destacan las autopartes, el acero, el aluminio, el plástico y productos como jabones. Para muchas empresas, estos nuevos impuestos no estaban contemplados en sus presupuestos de 2026, por lo que tendrán que replantear costos y estrategias.
La industria advierte además que esta política está generando incertidumbre entre proveedores, transportistas, inversionistas y participantes de la cadena de suministro. Se señala que México está adoptando una estrategia similar a la de Estados Unidos, pues los nuevos aranceles aplicarán no solo a productos chinos, sino a todos los países con los que no se tiene un tratado comercial.
De acuerdo con especialistas aduanales, este tipo de publicaciones podría repetirse en los próximos años para desincentivar la entrada de mercancías asiáticas y reforzar otro tipo de medidas no arancelarias.
