Podría ser gracioso si no fuera porque Alex Backman tiene casi un millón de suscriptores (más que muchos medios de información), es tendencia con regularidad en YouTube, y hasta cobertura nacional tiene. Semana a semana “predice” terremotos en todo el mundo, con especial énfasis en México, en donde pronosticó un “terrible terremoto” al cumplirse un año del 19 de septiembre de 2017.
Sus razones: un enorme “hoyo coronal” en el sol, fuertes vientos magnéticos, y hasta alineaciones con planetas. Como sabemos, el esperado terremoto jamás ocurrió.
Su penúltimo video tiene tres días y más de 150,000 reproducciones en YouTube. En él no pasan ni cinco minutos y ya celebra, casi con gozo, que ha temblado (el sismo del pasado 1 de febrero) donde él dijo. También felicita a quienes le siguen, porque ellos “sí están bien enterados”, y de paso, acusa al Sismológico Nacional de la UNAM por mentir, alterar las magnitudes de los sismos, tener contradicciones en sus mapas, e incluso no reportar algunos movimientos.
Lo hacen a propósito, dice.
El 14 de septiembre de 2018 detalló todavía más sobre cómo el Sismológico “le miente” a la gente:
Un video normal
Juega con los peluches que tiene al alcance, hace mucho uso de las manos y prepara dinámicas, como aquella en la que pone a su peluche favorito ‘Temblorin’, a señalar aleatoriamente a una parte de un globo terráqueo. Donde señale, ese lugar sería sede de un próximo terremoto.
“Temblorín tiene poderes sísmicos, así que cuidado si les toca en la ruleta”, dice.
Pero a pesar de la banalidad del juego, para Backman sus predicciones no son azarosas. De hecho, repetidamente él se describe como un científico. “No tengo nada en contra de las premoniciones, pero no es a lo que nos dedicamos en este espacio” dice.
En el video que subió con motivo del sismo de 6.5 grados del 1 de febrero, asegura que las auroras boreales alertaron todo el tiempo sobre el sismo. “Yo no sé hasta cuando van a abrir los ojos, que la predicción sísmica sí funciona“. Las auroras boreales serían solo un factor de la predicción, puesto que los animales también podrían sentir cuando un sismo se avecina.
Incluso, según Backman, algunos prodigiosos humanos pueden escuchar un diminuto timbrido en los oídos previo a un sismo (él prefiere la palabra “terremoto” para todo movimiento telúrico), de manera que deberíamos tener a la mano en todo momento un diario en el cual llevar un detallado registro, en caso de que encontremos un patrón entre los mundanos timbridos y los sismos.
También está la alineación de planetas. Cuando un planeta se alinea con la Tierra (Backman se detiene en este momento para mostrar las próximas alineaciones, con ayuda de una app) hay grandes posibilidades de un sismo. Y si a ello se le suma la posibilidad de una luna llena, todos deberíamos estar preparaos para lo peor: “cuando hay luna nueva generalmente tiembla, ya lo hemos validado científicamente” asegura.
Con la enorme cantidad de factores, podría haber un desastre en cada momento del año. En sus videos de junio, de septiembre, de fin de año, en todos alerta sobre la proximidad de terremotos.
En el del 1 de febrero asegura que de aquí a septiembre habrá mucha actividad, pero en septiembre del 2018 ya advertía sobre que el sol estaba en fase de somnolencia lunar, “eso no nos gusta, porque es cuando viene mayor cantidad de terremotos” dice.
Y desde luego hay reacciones. Una pequeña minoría le acusa de ser alarmista y vivir del miedo a los sismos, tan común en México. Pero la gran mayoría le agradece: “es usted el mejor profesor, que dios lo recompense”, “Alex, muchas gracias por informar y educar”, “Todos confiamos en ti Alex, porque el gobierno nos miente”, son algunos de los textos que se leen.
“A pesar de que van a venir con campañas de que los sismos no se pueden predecir, este terremoto era predecible, las condiciones en el sol, en el hoyo coronal número 70, de grandisimo tamaño, con una complejidad magnética intensa, el impacto de un viento solar altamente energizado el día de ayer, estuvimos en tormenta geomagnética intensa”.
Fake News
En su autobiografía se lee que en 1994 fue instruido por monjes tibetanos en la habilidad de “meditación trascendental”, además de estar ubicado en el 2% de la población más inteligente del planeta por el resultado obtenido en una prueba de IQ de cuando era niño. También se lee que en 2005 “probó que el número 11.11.11 es un código maestro binario digital embebido en nuestro ADN por Satán”.
El mismo texto le describe como periodista investigador en seguridad nacional e internacional, geopolítica, globalización, nuevo orden mundial, contrainteligencia, ciencias, espiritualidad, filosofía, y profesías de la biblia y del final de los tiempos.
Y a pesar de que nada de lo que dice está validado científicamente, Backman ha encontrado un nicho de mercado: el de vender pseudociencia.
Con visualizaciones que van desde los 40,000 hasta el medio millón, Backman prefiere hablar de sismos, erupciones y similares, aunque a veces habla de López Obrador, Estados Unidos y Venezuela.
La pseudociencia vende, el miedo también. En internet las noticias falsas tienen mayor alcance orgánico que las noticia reales según el Instituto Tecnológico de Massachusets. El estudio que lo comprueba analizó 126,000 artículos en tres meses, y encontró que en Twitter la información falsa se retuitea en promedio 70% más que su simil con información verdadera.
El asunto con las noticias falsas es que pueden contarse con más grado de novelización que las verdaderas. Dan sentido y tienen un principio y un final, necesitan poca información para entenderse y explican satisfactoriamente fenómenos muy complejos.
Carl Sagan, el divulgador de ciencia, había previsto el fenómeno de la pseudociencia, y la explica con efectos similares a las noticias falsas. En ‘El Mundo y Sus Demonios’ asegura que la pseudociencia “colma necesidades emocionales poderosas que la ciencia suele dejar insatisfechas”.
“[La pseudociencia] proporciona fantasías sobre poderes personales que nos faltan y anhelamos (…) es mucho más fácil presentar al público en general la pseudociencia que la ciencia”
Pero que sea tan popular, no solo se explica por la afinidad que tenemos a las explicaciones que hacen que la naturaleza tenga sentido. Sagan explica que sus alcances, en forma de noticias falsas, solo es posible con la ausencia de pensamiento crítico, la abundancia de credibilidad, y la “cooperación desinformada (y a menudo conveniencia cínica de periódicos, revistas, editores, radio, televisión, productores de cine y similares”.
Las falsas afirmaciones de Backman
Le escolta una imagen del actor Dwayne Johnson (en referencia a la película Falla de San Andreas, que trata de un gigantesco terremoto), al tiempo que cita la biblia y advierte que los ignorantes sufren las consecuencias de no preveer “el desastre que viene“. Backman asegura que en menos de 80 años, el campo magnético de la Tierra dejará de existir. “Puede ser mañana, puede ser en cinco años” dice con seguridad.
Si bien es cierto que el campo magnético tiende a cambiar su polo cada cinco millones de años aproximadamente, la información geológica en 2014 sugería que el cambio pasaría a ser cada 200,000 años. No hay evidencia que pruebe que el campo magnético dejará de existir, o que lo hará en algún momento pronto, es simplemente algo “imposible de predecir” de acuerdo a la sociedad científica americana.
De lo que sí hay evidencia es que existen agujeros en la magnetósfera, mismos que ahora mismo están siendo estudiados por la NASA. De cualquier manera, la comunidad científica ha repetido hasta el cansancio que no hay pruebas de que la radiación solar cause algo más allá de menores interrupciones en servicios de telecomunicaciones, como GPS y conexiones satelitales.
La NASA tiene un sitio increíblemente vasto para explicar el clima espacial, la actividad solar, las llamaradas solares y su impacto en la tierra.
Pero para Backman la realidad es muy distinta:
“Recuerden que el viento solar es como una mujer danzando con una falda, con un traje típico, dando vueltas, y al dar vueltas ya ven que la falda ondea, ese es el viento solar cuando nos pega de norte a sur”.
La pseudociencia es peligrosa porque se hace pasar por ciencia. Presume utilizar sus herramientas a pesar de que no tiene el rigor metodológico, y sobre todo, es totalmente irrefutable, a diferencia de la ciencia que se construye a través del escrutinio, y solo consigue conclusiones llegando al consenso.
Pero una y otra vez, Backman se asume no como un adivinador, de hecho, no quiere “contribuir a la desinformación en YouTube” asegura en sus videos. Paradojicamente, no tiene empacho en decir, para su video del 10 de septiembre de 2018, que México debe estar en alerta sísmica roja por los siguientes diez días a la fecha. El terremoto que claro, no llegó.
Backman también habla de las nubes sísmicas.
“La gente está viendo luces en el cielo, cuando no hay condiciones de tormenta eléctrica, pero ven luces, resplandores rojos, rosas, esa no es una buena noticia, están viendo nubes sísmicas, nubes en forma de serpiente”.
Las “nubes sísmicas” es una de las constantes cuando se habla de mitos en torno a los sismos. La teoría hecha por un químico de nombre Zhonghao Shou y luego retomada los investigadores Guo y Bin en 2008, ha sido descartada por la comunidad científica al no encontrar un patrón.
Y por si hiciera falta algo, Backman asegura que un asteroide estuvo a punto de golpear a la tierra. “RJ3 es el sexto asteroide en siete días que casi nos pega, lo acababan de detectar”. RJ3 en efecto es un asteroide de aproximadamente 16 metros de diámetro, plenamente ubicado y que forma parte de la lista que de objetos que se monitorean con detalle.
La lista de hecho está abierta al público por parte de la NASA, en donde se pueden consultar los objetos que estarán relativamente cerca de la tierra en los próximos 60 días. Hay de dos a ocho objetos que pasan cerca de la Tierra diariamente, y que no representan riesgo alguno. Todos ello están en el registro de la NASA que tiene datos desde el año 1900.
Así las predicciones siguen: predice igual clima en el espacio, llamaradas solares, erupciones del Popocatépetl, tifones, huracanes y hasta socavones.
La lista de información sin respaldo de la comunidad científica sigue y sigue. Backman no se conforma y continua dando dato tras dato sin fuente. Llama mentirosos al Sismológico Nacional, recibe halagos de sus seguidores, y a menudo hace alusiones a conspiraciones entre gobiernos para que la gente no se dé cuenta de lo que verdaderamente sucede tras los fenómenos a los que refiere.
Para terminar, reproduce un audio de Enrique Peña Nieto, en su mensaje luego del sismo del 7 de septiembre de 2017 cuya magnitud fue de 8.2 grados. “Es previsible que en las siguientes 24 horas tengamos réplicas de un grado menor al del sismo” se escucha a Peña en el audio. Siendo que el del 19 de septiembre fue de 7.1 grados, Backman está seguro de que el gobierno mexicano ya sabía de aquel sismo.
“Se esperaba una réplica de un grado menor, osea, 7.1, 7.2. Ya sabían que iba a venir otro, tienen instrumentación, maquinaria especial, que les avisan que viene un terremoto, pero no le avisaron a nadie, esa es una situación que seguiré criticando siempre”.
Alex Backman fue contactado para ofrecerle una entrevista y el espacio para que diera su punto de vista y se contrastaran ideas. No recibimos respuesta.
Con información de: Xataka