Por Luis Lauro Ramos Rodríguez. @lauroramosrdz.
Cada 12 años, las justas electorales para elegir a los presidentes de México y de Estados Unidos coinciden, y cuando esto sucede la incertidumbre sobre como será la relación de los nuevos electos se hace presente; este 2024 no ha sido la excepción, es por esto que vale la pena observar el panorama del país vecino y saber de qué manera repercutirá en México.
Estados Unidos se encuentra en condiciones sumamente inestables. Ambos contendientes serios a la presidencia, Joe Biden y Donald Trump llegan a las urnas enfrentando distintas polémicas de un carácter hasta histórico, en el caso de Biden, de quien su salud física y mental es un enigma, es el primer presidente de la historia de su país con un familiar directo sentenciado por algún delito grave, siendo hallado su hijo Hunter Biden culpable por distintos agravios relacionados con la posesión ilegal de armas de fuego, esta situación podría significarle hasta 25 años de cárcel y una multa por $750,000 dólares. Trump, por su cuenta, es el primer presidente de los Estados Unidos que es declarado culpable en un juicio penal, tratándose de más de 30 cargos que suponen distintos delitos relacionados con el pago a diferentes personas para evitar que difundieran información que pudiera haber perjudicado a su campaña presidencial pasada en 2016, siendo el caso mas sonado el de la actriz pornografica Stormy Daniels, quien habría recibido de Trump $130,000 dólares para guardar silencio sobre una relación mantenida con el también empresario en el 2006. Hasta aquí, el simple hecho de que estos dos personajes sean candidatos ya es surreal, muy American Pie, pero esto no es lo único que vuelve extrañas a estas elecciones.
A estos escándalos individuales de los candidatos, debemos sumar las condiciones de polarización en las que su población se encuentra, en cuanto a los conflictos de Israel y Hamas & Ucrania y Rusia, la opinión se divide entre quienes piensan que USA debería dejar de intervenir en conflictos ajenos, y quienes consideran que han apoyado poco, así mismo, cuestiones como la migratoria y de seguridad nacional son igualmente divisorias para el electorado.
Esta será, también, la primera vez en cerca de 70 años que los mismos candidatos tanto republicano como demócrata, repiten su aparición en las boletas, por lo que los discursos empleados estarán seguramente llenos de alusiones personales, falacias, intentos desesperados por convencer a todo el sector que hoy, ni en sus instituciones confía.
En este contexto, parece que la elección americana será una cuestión de quien es el “menos malo”, una mera competencia de impopularidad, pues de acuerdo con el centro de estudios Gallup, que mide la percepción de la ciudadanía respecto a sus figuras publicas, dice que ambos candidatos son percibidos de manera positiva únicamente por el 46% de los electores y por el contrario, un 52% y 54% en opinion negativa para Biden y Trump respectivamente. Sumado a esto, el promedio general de encuestas que publica RealClear Polling, el cual compila distintas encuestadoras como BBC, FOX News, Reuters/Ipsos, NPR, entre otras; sitúa a Donald Trump con una ligera ventaja de apenas 0,9 puntos porcentuales arriba del actual presidente.
Ahora bien…
Independientemente de quién gane, sea Trump o sea Biden, aquel que lo haga llegará a su próximo mandato enfrentando una falta de legitimidad grotesca, por lo que es predecible que en sus primeros meses de gobierno adopten una tónica mas agresiva y complicada de la que conoció la administración obradorista, y me parece que el equipo de Claudia Sheinbaum es consciente de esto, lo digo principalmente por algunos de los nombramientos a su gabinete que se anunciaron el pasado jueves, estos parecieran responder a cuestiones de seguridad política internacional más que doméstica, casos como el de Marcelo Ebrard para Economía y de Julio Berdegué en Agricultura, tendrán una importancia fundamental en las futuras negociaciones del TMEC, la buena relación que se entabló mientras Ebrard fue Canciller y el posicionamiento de Berdegué respecto a la prohibición impuesta por México al maíz transgénico pueden dar razón de esto; así mismo la previa confirmación de Rogelio Ramírez de la O para la Secretaría de Hacienda y de Juan Ramón de la Fuente a SRE, surtieron un efecto positivo en los distintos mercados y en el valor de nuestra moneda, cosa bastante destacable. Es cierto que no sabemos qué pasará, pero todo indica que los perfiles que participarán de estas discusiones estarán cuando menos calificados para esta responsabilidad.
En fin, de manera casi poética, este jueves tendremos tanto el primer debate entre Biden y Trump, como el anuncio de otros seis integrantes del gabinete, por lo que retomaremos nuestro tema el próximo lunes, hasta entonces.