Una de las cosas que están presente en la vida, aunque no siempre nos demos cuenta, es el amor. A través de besos, gestos, detalles, pensamientos, sueños, momentos, y muchas otras cosas suele expresarse, incluyendo el tiempo.
Cuando se habla de amor eterno, muchos creen que no es más que un invento de las películas románticas y dicen ser unos escépticos al respecto. Y si bien hay historias del cine que son creadas solamente para la pantalla grande, no significa que en la vida real no existan las más maravillosas.
Con los divorcios y otras medidas para distanciarse, mucha gente no cree en la existencia de los amores que duran décadas, pero al menos el caso de unos ancianos llamados Mamédio Alves Magalhães y Ana Araújo Magalhães sería un motivo para darle una oportunidad.
Mamédio y Ana vivían en Paranã en el estado de Tocantis, Brasil, donde compartieron casi toda su vida desde el día en que se enamoraron y se casaron. El 26 de julio de 1945 fue la fecha de su boda, y desde entonces pasaron 78 años juntos disfrutando de la vida hasta el último día.
Cuando Ana tenía 100 años de edad sufrió una pulmonía grave que la llevó al hospital, por lo que Mamédio tuvo que estar sin ella mientras la mujer luchaba por su salud. Sin embargo, el hombre no quiso comer ni tomar medicinas mientras Ana no estuviera junto a él, según G1.
Al poco tiempo, su esposa fue enviada a casa al no recibir más tratamiento, pero la salud del hombre ya se había deteriorado y tuvo que ser hospitalizado.
Lamentablemente Mamédio perdió la vida a sus 105 años a las 4 AM en el hospital, y le siguió Ana a las 8 AM estando en casa: cuatro horas después.
Un triste final para una pareja que pasó casi toda su vida amándose y disfrutando su compañía, pero que de alguna manera estaba escrito desde el momento en que Mamédio lo decidió al decirle a su familia su plan. “Vamos a morir juntos”, había declarado según contó su sobrina nieta Ediana Quirino Magalhães, quien fue criada por la pareja a quienes llamaba abuelos.
“Me llamó y me dijo: ‘Me voy a morir el mismo día que ella. Vamos a morir juntos’. Su historia es muy bonita, ella lo amaba más que a nada”, comentó Ediana de acuerdo a G1.
Tras oír su idea, Ediana no podía creer lo que estaba diciendo porque se encontraba en buenas condiciones como para que ocurriera. “Yo no lo creía, dijo que se irían el mismo día. Y como estaba lúcido, caminando con normalidad, pensé que a estas alturas no iba a temblar”, contó la sobrina nieta.
Ambos vivieron siempre en Paranã donde eran muy queridos por la comunidad. En su juventud, Mamédio formó parte del ejército como soldado y después fue agricultor, mientras que Ana enseñó a leer y a escribir a los niños en el campo debido a que no tenía título.
Cuando Ediana llegó a sus vidas, ella se encargó de cuidarlos, especialmente cuando Ana comenzó a olvidar algunas cosas y Mamédio sufría mal de Parkinson, aunque se encontraba en buenas condiciones a pesar de todo.
“Se sentía mareado y tenía laberintitis. Pero pasaba dentro de casa y siempre estaba lúcido. Nadie necesitó nunca, hasta hace cinco días, darle un baño. Hace seis años ya no tenía la misma mentalidad y estaba en silla de ruedas porque a los 94 años se fracturó la cadera y la operaron, pero se recuperó”, detalló la mujer según G1.
Pero entre tanta tristeza por despedir a una querida pareja de ancianos, está el consuelo de que abandonaron este mundo juntos, como siempre estuvieron.
Upsocl