Por Luis Lauro Ramos Rodríguez @lauroramosrdz.
Ya en estos días estarán concluyendo las campañas electorales y entraremos en período de veda electoral el cual no tiene otro objetivo que permitir a la ciudadanía meditar y definir el sentido que dará a su voto. Y esta es precisamente la petición que yo aquí extiendo. Votar es un acto muy sencillo, pero el ejercicio que cada ciudadano debe desarrollar para tomar esta decisión es sumamente trascendental y complejo.
Es necesario que conozcamos y valoremos este derecho, el cual es nuestra principal herramienta democrática y se consagra en la constitucion, y que si bien, la democracia es sumamente perfectible; vale la pena recordar lo que Churchill decía ~La democracia es el peor sistema, si exceptuamos a todos los demás~ lo cierto es que no hay de otra, no importa el partido o la tendencia política de tu preferencia, todos tienen un argumento de promoción democrática y esto no es coincidencia, al final es el sentido al que nos han llevado las luchas sociales más importantes de nuestra historia, buscando otorgar el poder al pueblo.
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La primer consideración que debemos tener, es que nuestro voto va más allá de la elección de una candidata o candidato a cualquier puesto, la suma de nuestra voluntad se ve reflejada también en si un partido pierde o no su registro, en cuánto tiempo de difusión en radio y televisión tendrá y desde luego en cuánto será el presupuesto público que se le asignará a este mismo, es decir, que incluso si la candidatura de tu preferencia no gana el puesto al que aspira en estas elecciones, tú voto puede sumar al esfuerzo de que en la próxima jornada electoral, este partido tenga más posibilidades de obtener una victoria.
También está caso de la vía plurinominal que se debe mencionar aparte. Cuando hablamos de los distintos congresos hay que entender que el sistema de candidaturas favorece a aquel personaje que sea más simpático, que sea mejor orador o que pueda ganarse la empatía de la gente, pero esto no necesariamente se ve reflejado en su capacidad para legislar; y la representación proporcional puede ser una plataforma para que alguien competente pueda obtener la oportunidad de aportar a nuestro sistema de estado, aún si no pudiese convencer a las masas. Además de que esta vía es la que ha permitido que partidos con militancia más pequeña, puedan ocasionalmente portar una representación de la gente que les confío su voto a pesar de ser “pocos”, y sean escuchados en el diseño de leyes, políticas públicas, regulaciones, etc.
El voto en cualquier sentido es legítimo, incluso si este fuera anulado, es el derecho que como ciudadanos tenemos a protestar y rechazar la oferta política que se nos presenta.
Muchas veces el principal enemigo del voto es la indiferencia, la apatía, la idea de que un voto aislado no cuenta o no afecta directamente y aunque la estadística pudiera sugerir esto, parafraseando lo que un maestro hace unos días me dijo ~hay razones hasta metafísicas para ir a votar~. Y este es precisamente el fenómeno que se debe vencer. Todos como titulares y portadores de este derecho, debemos hacerlo valer, retomo la frase de autor incierto que dice ~La política es demasiado importante para dejara solamente en manos de los políticos~.
En estos días es prudente revisitar los debates, entrevistas, propuestas, etc. Y así poder analizar de acuerdo a lo que el interés de cada quien convenga, aquello con lo que su visión de país, ciudad, distrito y estado coincidan, ignorando factores externos que muchas veces no son otra cosa que retórica vacía y terminan por perjudicar más que beneficiar a nuestro país.
Y con esto concluyó, el sufragio es nuestra espada para combatir aquello que nos incomoda, así como nuestro escudo para poder defender aquello que promovemos, e ignorarlo ni hace otra cosa que restarle fuerza a la ciudadanía, y ya la historia nos ha demostrado que no es buena idea.
Hasta el próximo lunes.