LA PARABÓLICA
Por: Mario Candia
Cada vez cobra más sentido aquella frase de que “quién no conoce su historia estácondenado a repetirla”. Tras el fin de la revolución mexicana en 1921 aproximadamente, se instauró a base de sangre y traiciones uno de las fuerzas políticas que duraría en el poder más de 80 años; la gestación de PRI, antes PNR y PRM, transitó de liderazgos militares aliderazgos civiles por la vía pacífica, posicionó un estilo político autoritario, conservador y único en el país. Es decir no existía fuerza política opositora que gobernará en el país, desde la presidencia de la república el partido en el poder, decidía todo, con mayoría absoluta en las dos cámaras, con un poder judicial al servicio del presidente, quién validaba y organizaba las elecciones estaba dentro del gobierno federal, ese PRI magnánimo era imparable.
Los cómplices de este poder absoluto otorgado a un partido político, más bien a una persona cada seis años, fueron sin duda: la iglesia, el ejército y los medios de comunicación; todos sometidos por la nómina y sin duda por los privilegios e impunidad que el manto presidencial otorgaba simplemente por ser un aplaudidor del presidente en turno. Si bien el sector empresarial estaba conformado por nuevos ricos, principalmente funcionarios, ex funcionarios o sus testaferros, había un grupo de la nobleza, los ricos de abolengo de cada provincia del país, esos personajes no veían con buenos ojos, el despilfarro en obras faraónicas, la corrupción y por supuesto la impunidad, de esta gente se fortaleció la oposición que le quitaría la presidencia al PRI, así como lo leen, los ricos conservadores y fifís, en unas elecciones trascendentales para el país en el año 2000, encabezados por un descerebrado Vicente Fox, inició lo que podemos denominar el periodode alternancia democrática del México moderno.
Desafortunadamente ese poder fáctico, conformado por empresarios y burgueses del país, solo veía por sus intereses, este grupo de facinerosos se dedicaron a la acumulación de capital como base de su razón de ser y por supuesto son responsables de la explotación y esclavitud moderna de la clase trabajadora del país. Al amparo del poder solo se enriquecieron más y en su rapaz visión del mundo, le abrieron la puerta al narcotráfico,lavando su dinero y especulando con la riqueza del país. Pero no solo ellos, los políticos también le dieron poder a los narcos, los medios de comunicación romantizaron el ascenso vertiginoso de este poder fáctico a través de series y documentales que en lugar de exhibir y denunciar los hechos delictivos, terminaron convirtiendo a estos deleznables personajes en antihéroes. Y el pueblo claro está, ese pueblo bueno los adoptó y en su indefensa posición terminaron por normalizar la brutalidad y sanguinaria actuación de estos grupos criminales.
Y nos duró poco, solo 24 años, este martes 10 de septiembre de 2024, regresamos a los tiempos de gestación de un nuevo poder absoluto. Quizá ahora un poco más peligroso, si bien el siglo pasado la transición fue de militares a civiles, ahora qué podemos esperar, ¿que la transición sea de civiles a narcos? Lo cierto es que solo cambiaron las caras, los apellidos y los géneros en este caso en particular, pero todo sigue o seguirá igual, la corrupción, el nepotismo y la impunidad seguirán siendo la triada que acompañará al poder, este quién esté al frente.
Durante esos más de ochenta años en que el PRI mandaba en el país, la disidencia, la oposición y quienes no estaban a favor del gobierno, fueron: desaparecidos, humillados, excluidos, torturados y minimizados con toda la fuerza del estado. Sin duda repetir esto será complicado esta vez, las redes sociales y su poder de propagación, complicarán un ejercicio despótico del poder, pero no será imposible. Si bien los revolucionarios que tomaron el poder en los albores del siglo pasado acumulaban mucho rencor y resentimiento contra los ricos hacendados y caciques hambreadores del México del siglo XVIII, y cuando gobernaron, hicieron lo mismo que esos ricos hacendados y caciques, hasta que la gente se hartó.
En el poder hoy tenemos justamente a una fuerza política nacida en el rencor y el resentimiento, un grupo de políticos que justifica y escuda todas sus acciones en el pueblo. Su pueblo es ese casi ochenta por ciento de mexicanos que viven al día, que durante años solo recibieron pequeñas dadivas y que son la carne de cañón de experimentos políticos y modelos económicos que solo hicieron crecer la brecha entre los ricos y la mayoría de los mexicanos.
Los mexicanos nacidos a partir de los noventa son sin duda los principales actores de la consolidación de Morena en el poder. Millennials y centennials que aborrecen las nomenclaturas del PRIAN, a las que les han colgado, principalmente por desinformación y en muchos casos por ignorancia, el sambenito de partidos conservadores, corruptos y neoliberales. Y están empecinados en exterminarlos, como si se tratara de una plaga. Reconozco por supuesto todos los males y calamidades realizadas durante la estadía en el poder esos dos partidos, creo además que deberían estos partidos leer claramente el mensaje que los mexicanos dieron en las urnas en las pasadas elecciones, y refundarse, y consolidar una nueva oposición. Ahora o nunca.
Darle nuevamente el poder absoluto a una fuerza política tendrá sus consecuencias, y apuesto que no serán buenas, la historia es muy clara en ese aspecto. Pero como diría mi abuela este arroz ya se coció. Solo espero que no sean ochenta años y principalmente que la generación o grupo que ascienda al poder en ese tiempo futuro no base su política en el resentimiento y el rencor, otra vez.