Querida comunidad universitaria y jóvenes de San Luis Potosí.
A lo largo de está semana he estado reflexionando sobre la plenitud y las principales necesidades que tenemos como jóvenes, destacando principalmente el que nos enfrentamos a una amplia variedad de desafíos y responsabilidades que van desde temas académicos como la elección de una carrera, el compromiso con el aprendizaje; aspectos de salud mental y bienestar, como el desarrollo de hábitos y autocuidado, gestión de estrés y ansiedad; relaciones interpersonales, manejo de conflictos; temas laborales y la búsqueda de oportunidades, desarrollo financiero o el mantenimiento de un equilibrio saludable entre trabajo, estudio y vida personal y la lista podría continuar y continuar.
La tendencia a dejar de lado ciertos temas clave en la educación y desarrollo puede deberse a diversos factores. Iniciando con el desconocimiento debido al limitado énfasis en estos temas y la falta de conciencia sobre su importancia y repercusiones a largo plazo, así como los enfoques tradicionales, mismos que al no estar en sintonía con en contexto que vivimos deja de lado las problemáticas y situaciones que nos aquejan.
El trabajar en estos temas es esencial porque necesitamos desarrollar las herramientas adecuadas para enfrentar la complejidad y la diversidad de la vida moderna, así como abordar aspectos que impactan directamente en la calidad de vida y en la capacidad para echar manos a la obra en temas como la salud mental, habilidades sociales, ética profesional y participación cívica.
Y aunque en el papel las instituciones educativas contribuyen al desarrollo integral de nosotros como estudiantes, preparándonos para la vida en sociedad, convirtiéndonos así en ciudadanos responsables tiene enfoques específicos, pero la educación no solo se trata de transmitir conocimientos académicos, sino también de formar ciudadanos conscientes y responsables. Tocar estos temas fomenta una cultura de ciudadanía activa y comprometida.
La sociedad está en constante cambio, y las instituciones educativas deben adaptarse para abordar las necesidades actuales de los estudiantes y prepararlos para los desafíos contemporáneos.
Tenemos una ardua labor en estas áreas de oportunidad y en el compromiso tanto nuestro como de las instituciones en preocuparnos por el presente y futuro de nuestra sociedad.
Con Resiliencia y Responsabilidad.
Alan Imanol García Méndez