Los japoneses dieron este martes el último adiós a su ex primer ministro Shinzo Abe, mediante un funeral familiar celebrado en un templo local, días después de que su asesinato conmocionó a la nación.
Abe, el primer ministro que más años ejerció el cargo y que seguía siendo influyente tras su renuncia hace dos años, fue abatido el pasado viernes durante un acto de campaña en la ciudad de Nara, en el oeste del país.
Cientos de personas, algunas con trajes de chaqueta oscuros, llenaron las inmediaciones del templo Zojoji, en el centro de Tokio, para despedir a Abe, cuyas ideas nacionalistas impulsaron las políticas ultraconservadoras del partido gobernante.
Los dolientes saludaron, tomaron imágenes con sus celulares y algunos gritaron “¡Abe san!” mientras la caravana fúnebre con su cuerpo, acompañado por su viuda, circulaba lentamente entre la multitud.
Solo ella y otros familiares cercanos, así como el primer ministro, Fumio Kishida, y altos cargos del partido, asistieron al funeral en el templo.
El auto fúnebre pasó por la principal sede política de Tokio, Nagata-cho, donde Abe pasó más de tres décadas desde que fue elegido por primera vez en 1991. Después, pasó lentamente por la sede del partido, donde los altos cargos del partido, vestidos de oscuro, esperaban de pie en el exterior y rezaron, antes de dirigirse a la oficina del primer ministro, que Abe ocupó durante casi una década.
Kishida y los miembros de su gobierno se llevaron las manos al pecho mientras rezaban y se inclinaban ante el cuerpo de Abe dentro del auto fúnebre, antes de que se encaminase al crematorio.
El domingo, el Partido Liberal Democrático, y su socio en la coalición de gobierno lograron la mayoría absoluta en la cámara alta, la menos poderosa del parlamento bicameral.
Esto podría permitirle a Kishida gobernar ininterrumpidamente hasta las elecciones previstas para 2025, pero la pérdida de Abe abrió también un periodo de incertidumbre en el partido. Los expertos dicen que habrá una lucha de poder dentro de la facción que lideraba Abe, lo que podría afectar al control que ostenta Kishida.
El primer ministro ha destacado la importancia de la unidad del partido tras la muerte de Abe.
En un país donde la violencia armada es extremadamente inusual, el tiroteo sacudió a una nación conocida por ser la más segura del mundo.
El sospechoso, Tetsyua Yamagami, fue detenido en el lugar de los hechos el viernes y está retenido en la fiscalía a la espera de más investigaciones. Puede estar arrestado hasta tres semanas mientras se decide si se presentan cargos formales.
El jefe de seguridad pública, Satoshi Ninoyu, dijo a reporteros el martes que ordenó a la Agencia Nacional de Policía que investigue la seguridad de los líderes políticos y empresariales.
El Financiero