En el primer semestre de 2025, el gobierno de México ha enfrentado retos importantes con sus finanzas. Aunque los ingresos crecieron un 10.3 por ciento en comparación con 2024, también se presentaron recortes en el gasto. Uno de los factores que influyeron fue la caída en los ingresos petroleros, los cuales bajaron 23.8 por ciento, afectando el flujo total de dinero.
Este panorama llevó al gobierno a ejercer uno de los mayores recortes presupuestales desde 2011. Para el 31 de mayo, se habían gastado 224 mil millones de pesos menos de lo planeado, lo que representó una disminución del 5.7 por ciento. Las áreas más afectadas fueron educación, salud e inversión pública.
A pesar de las dificultades, el gasto del gobierno federal ha crecido en comparación con años anteriores. De acuerdo con el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), entre 2018 y 2025 el gasto neto aumentó 24.8 por ciento. El Presupuesto de Egresos de la Federación para este año fue de 9.3 billones de pesos.
Sin embargo, ese dinero no se reparte de forma equitativa. México Evalúa explicó que por cada 100 pesos gastados, 18 se destinan a sueldos de funcionarios, 17 a pensiones, 17 a participaciones para los estados, 16 a subsidios y transferencias, y 12 al pago de la deuda. Solo 9 pesos se van a inversión en infraestructura.
En cuanto a los proyectos de inversión, el gobierno destinó 996 mil millones de pesos, que incluyen obras como trenes, carreteras, infraestructura hídrica y de salud, seguridad, y proyectos estratégicos en Pemex y la Comisión Federal de Electricidad (CFE). De esa cantidad, Pemex fue la principal beneficiada, al recibir 91 mil 300 millones de pesos.
Los sectores ganadores en la inversión física fueron Pemex (39 pesos de cada 100) y vivienda y servicios comunitarios (32 pesos). En cambio, áreas clave como educación, salud y seguridad solo recibieron 3, 2 y 1 peso respectivamente.
Por su parte, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) tuvo un buen inicio de año, con ingresos mayores a los esperados, gracias a un mecanismo llamado “cobranza virtual”. Este consiste en aplicar límites a beneficios fiscales futuros, lo que se contabiliza como ingreso aunque no implique dinero en ese momento.
No obstante, para mayo la recaudación empezó a desacelerarse. El ISR apenas creció 0.8 por ciento y el IEPS cayó 1.8 por ciento. En ese mes, los ingresos petroleros tenían un retraso del 31.7 por ciento respecto al programa, lo que contribuyó al déficit de 64.5 mil millones de pesos en los ingresos totales.
De cada 100 pesos recaudados por el gobierno, 69 vienen del cobro de impuestos, 11 de la renta petrolera, 8 de ingresos del IMSS e ISSSTE, 5 de la CFE y 6 de otros ingresos. Esto refleja que la mayor parte del dinero entra por el pago de impuestos.
A pesar del crecimiento del 3.7 por ciento anual en los ingresos, el gobierno se vio obligado a hacer ajustes en el gasto. Por ejemplo, en mayo de 2025, casi todas las dependencias del gobierno federal gastaron menos que el año anterior.
Las secretarías más afectadas fueron Turismo, que redujo su gasto un 99 por ciento, con casi 90 mil millones de pesos menos; Educación Pública, que recortó 44 mil millones (una caída del 19.4%); y la Defensa Nacional, con 14 mil millones menos. El ISSSTE también redujo su gasto en 2.7 por ciento.
No todas las dependencias tuvieron recortes. El IMSS incrementó su gasto en 13.2 por ciento (unos 35 mil millones de pesos), y la CFE aumentó su presupuesto en 7.3 por ciento.
En resumen, aunque el gobierno de México ha logrado aumentar sus ingresos, también enfrenta una presión constante para equilibrar sus gastos, especialmente en áreas sensibles como salud, educación e infraestructura. Los ajustes fiscales y la dependencia de ingresos extraordinarios plantean retos para una administración financiera sólida en el futuro cercano.