La noticia sobre el ataque en una sala de conciertos cerca de Moscú, que dejó 40 muertos y más de 100 heridos, ha generado conmoción a nivel internacional. El suceso tuvo lugar cuando varios hombres armados irrumpieron en el recinto y abrieron fuego contra los asistentes con armas automáticas, mientras arrojaban explosivos que desencadenaron un incendio masivo en el lugar.
Según informes de las autoridades rusas, el ataque se produjo en el Ayuntamiento de Crocus, una gran sala de música en las afueras de Moscú. La guardia nacional rusa está llevando a cabo una intensa búsqueda de los autores del ataque, mientras que el presidente Vladimir Putin ha sido informado sobre la situación.
El suceso ha generado un gran impacto, especialmente porque ocurrió pocos días después de las elecciones presidenciales en Rusia, en las que Putin extendió su control sobre el país por otros seis años. Aunque nadie se ha atribuido la responsabilidad del ataque, las autoridades rusas lo están investigando como un acto de terrorismo.
El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby, expresó sus condolencias a las víctimas del atentado y señaló que las imágenes del suceso son “realmente horribles y difíciles de ver”. Además, Estados Unidos descartó cualquier conexión con Ucrania en relación con el ataque, a pesar de las afirmaciones de la inteligencia militar ucraniana que sugieren lo contrario.
El ataque en la sala de conciertos ha suscitado preocupación y condena a nivel internacional, mientras las autoridades rusas intensifican las medidas de seguridad en Moscú y se esfuerzan por esclarecer los detalles del incidente.