Cada semana, el Hospital Central “Dr. Ignacio Morones Prieto” en San Luis Potosí brinda atención a alrededor de 150 pacientes con problemas gastrointestinales en sus áreas de endoscopia, consulta y urgencias. Entre los casos más graves que llegan al nosocomio se encuentran las hemorragias gastrointestinales, la cirrosis y el cáncer de páncreas, estómago y colon, siendo estos últimos los más recurrentes.
El Dr. Sergio Botello Partida, gastroenterólogo del Hospital Central, destaca que los síntomas más comunes que motivan a los pacientes a buscar consulta con un especialista son la distensión abdominal y el dolor. “Evaluamos si estos síntomas se deben a una enfermedad funcional, trastornos alimenticios o una enfermedad orgánica”, señala el especialista.
Entre los problemas gastrointestinales más prevalentes se encuentran la obesidad, el hígado graso y la hipertensión, los cuales suelen derivar de una mala alimentación. “En México, tenemos arraigado el consumo excesivo de calorías y la creencia de que una persona delgada está enferma. Todo comienza con una adecuada salud digestiva y una alimentación balanceada”, agrega el Dr. Botello.
La realización de endoscopias superiores y colonoscopias resulta esencial para evaluar la salud del intestino, aunque no son necesarios para todos los pacientes. El especialista enfatiza que la mayoría de las personas tendrán estudios normales y serán categorizadas con trastornos digestivos funcionales.
El estrés y el ritmo de vida también influyen en la salud digestiva, pudiendo generar síndromes gastrointestinales. En estos casos, es importante considerar un enfoque psiquiátrico para modular las emociones del paciente, incluso utilizando fármacos antidepresivos o ansiolíticos según sea necesario.
El Dr. Botello hace hincapié en la importancia de informar y sensibilizar a la población sobre la necesidad de mantener una salud digestiva adecuada y prevenir enfermedades relacionadas con malos hábitos alimenticios. Recomienda prácticas alimenticias responsables, como no comer hasta llenarse, ajustar los horarios de comida y considerar los desayunos intermitentes bajo supervisión profesional, complementados con actividad física regular.