Por cerca de 10 años, los clientes de un puesto de tacos ubicado en las inmediaciones del Metro Tacuba, en la Ciudad de México, estuvieron consumiendo carne de perro, sin saberlo.
Este descubrimiento se derivó de una denuncia que hicieron los vecinos de la colonia Mariano Escobedo, en el municipio de Tultitlán, Estado de México, luego de que el calor de los últimos días provocara un olor a fetidez que cada vez se hacía más insoportable y que emanaba de un domicilio de la calle Sostenes Rocha.
De acuerdo con los habitantes de la zona, desde hace 10 años empezaron a ver a dos hombres, con botas y mandil de carnicero que entraban y salían de ese lugar, el cual también fungía como criadero, y que aseguraban dedicarse a la venta de tacos en la CDMX.
Los residentes comenzaron a sospechar de ese lugar al percatarse de la cantidad de perros que había ahí y los que reportaban como desaparecidos en la zona. Pero hacer que las autoridades llegaran a ese lugar no fue de la noche a la mañana. Primero, los colonos acudieron a la Fiscalía.
“No nos hicieron caso, nos mandaron a la Fiscalía de Tlalnepantla, nos dijeron que no, que ahí es federal, que no se puede hacer nada, que fuéramos a Protección Civil, Protección Civil vino y no dijo nada”, comentó Fernanda, una vecina del lugar.
Fue hasta que algunos vecinos se unieron y decidieron bloquear la vía López Portillo, el pasado 19 de abril, para llamar la atención.
Con eso, la Fiscalía Regional por fin acudió al número 3 de la calle Sostenes Rocha. El domicilio, dividido en dos patios con tres cuartos cada uno, estaba lleno de basura, ropa regada, muebles, costales, tambos y láminas de asbesto.
Tras percatarse de las condiciones insalubres en que tenían a los perros y los hallazgos que hicieron, como encontrar huesos de esos animales o botes de ácido muriático, los agentes detuvieron a los dos hombres, identificados como Julio César “N” y Jorge “N”.
Casi 40 perros había en el predio; cinco fueron rescatados por la fundación Mundo Patitas, que apoyó a los habitantes en entregarles la custodia del resto de los canes. Los detenidos fueron trasladados a la Fiscalía de Cuautitlán Izcalli, donde enfrentan los delitos de allanamiento de morada, maltrato animal y salubridad.
El Gráfico