Para el sector del autotransporte de carga, el lunes pasado fue “un día negro” debido al bloqueo de más de diez horas a la carretera 57, por parte de habitantes de la localidad La Campana, municipio de Guadalcázar, que generó pérdidas por más de 300 millones de pesos y provocó que cerca de mil 500 unidades quedaran varadas en la ruta Nuevo Laredo – Ciudad de México.
De lo anterior, el líder en San Luis Potosí de la Alianza Mexicana de Organizaciones de Transportistas A. C. (Amotac), Raúl Torres Mendoza, culpó al Gobierno Federal de no tener la capacitación adecuada para resolver problemas o para mantener una comunicación adecuada con el gremio para advertir de bloqueos similares.
“Nosotros nos enteramos de lo que sucedía gracias a otros compañeros transportistas, pero no por las autoridades y mucho menos por la Guardia Civil. Fue hasta la 1:00 de la tarde que recibimos el aviso oficial de que ya se podía transitar por la carretera. Por desgracia, muchas unidades tardaron hasta tres horas en salir del tramo bloqueado”, expresó el entrevistado.
Por desgracia, dijo Torres Mendoza, la carga que normalmente llega a las empresas de domingo para lunes no se pudo entregar y eso, además de frenar las cadenas productivas, significará la aplicación de multas a los transportistas que no llegaron a tiempo a sus destinos.
Agregó que, durante el bloqueo, siete tractocamiones con carga de productos de acero fueron atracados en los límites de San Luis Potosí con Guanajuato, cuando la delincuencia vio la oportunidad generada por el caos carretero.
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