El Instituto Electoral de Michoacán ha abierto una investigación de oficio sobre ocho presidencias municipales que corresponden a mujeres bajo el principio de paridad, y que fueron ganadas por hombres que se identificaron como mujeres transgénero sin serlo. Esta situación se ha presentado debido a la falta de legislación clara que regule las acciones afirmativas destinadas a sectores vulnerables, lo que ha permitido a partidos y candidatos aprovechar lagunas legales.
La autoridad electoral ha repartido responsabilidades y señala que, aunque los partidos y ciudadanos no impugnaron las candidaturas antes ni después de la elección, aún están a tiempo de anular los triunfos. De no judicializarse los expedientes, aunque se acredite el fraude, los ocho hombres ganadores podrán asumir como presidentas municipales.
En un esfuerzo por abordar el problema, la autoridad electoral estatal, liderada por Ignacio Hurtado, ha iniciado una investigación para revisar minuciosamente cada expediente y comprobar la legitimidad de las autoadscripciones. Si se confirma el fraude, las consecuencias se limitarán a sanciones económicas al partido o candidato involucrado.
El tema ha generado un torbellino mediático y ha puesto a la autoridad electoral michoacana en una posición complicada. A pesar de que la información sobre las candidaturas fue pública y abierta, nadie presentó impugnaciones antes de la elección. Las candidatas firmaron documentos acreditándose como mujeres transgénero, lo que ahora está siendo cuestionado.
La falta de impugnaciones es una constante en los casos que ya se advertían como fraudulentos. Rodrigo Méndez Hernández promovió un juicio de impugnación en mayo contra el PRI por varias candidaturas de mujeres transgénero presuntamente fraudulentas. Sin embargo, el partido ganó una contra impugnación que lo salvó de la medida.
El presidente del organismo electoral michoacano subraya la necesidad de legislar en esta materia para evitar ambigüedades en el futuro. Hace un llamado a los Congresos para que se desarrollen leyes claras que no permitan la manipulación de las acciones afirmativas y la paridad de género.
