México exportó 2.66 millones de automóviles a Estados Unidos en 2024. Estas unidades fueron fabricadas principalmente por unas 13 empresas armadoras que operan en el país, conocidas como OEM. Según información del Federal Register, también hubo participación de fabricantes en Canadá.
El gobierno de Estados Unidos, a través del Departamento de Comercio, publicó un proceso especial para que los autos exportados desde México y Canadá que cumplan con los requisitos del T-MEC paguen aranceles solo por la parte de sus vehículos que no haya sido fabricada en Estados Unidos.
El objetivo de esta medida es reducir entre 40% y 50% los impuestos promedio que tendrían que pagar los vehículos fabricados bajo las reglas del T-MEC. Esta decisión llega justo cuando se aproxima una revisión del tratado y representa un alivio importante para la industria automotriz.
El procedimiento empezará a aplicarse a partir de mayo de 2025. Las empresas interesadas deberán enviar la documentación completa por correo electrónico a: [email protected].
Para obtener este beneficio, los exportadores deben entregar datos muy específicos: valor total del vehículo, valor del contenido fabricado en Estados Unidos, valor del contenido no estadounidense, lugares donde fue producido y ensamblado el automóvil, así como la certificación completa de que cumple con el T-MEC. Todo debe ser firmado por un funcionario de alto nivel de la empresa.
Este proceso no modifica si un auto es o no elegible para el trato preferencial del T-MEC. Solo determina qué parte del vehículo puede estar sujeta al nuevo arancel del 25%, que entró en vigor el 3 de abril para automóviles y el 3 de mayo para autopartes, según lo ordenado por la Proclamación 10908 firmada por el presidente Donald Trump.
Esa Proclamación faculta al Departamento de Comercio a permitir que el arancel extra se aplique solo sobre el valor del contenido que no sea estadounidense, siempre y cuando el vehículo cumpla con ciertos requisitos establecidos.
Una vez que el Departamento revise y apruebe la información, enviará una notificación tanto al importador como a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP). También proporcionará una lista oficial con todos los importadores y autos autorizados para este trato preferencial.
La lista incluirá datos como el nombre del importador, fabricante, país de origen del auto, lugar donde se ensambló, marca, modelo, año, número de registro y demás información detallada.
En caso de que el contenido estadounidense de un auto baje por algún cambio en la cadena de producción, el importador debe avisar de inmediato al Departamento y solicitar una nueva evaluación. Si el contenido sube, también puede pedir una nueva revisión para beneficiarse más.
Además, el Secretario tiene la opción de aplicar este trato arancelario de forma retroactiva para autos importados desde el 3 de abril de 2025, siempre que se justifique con la documentación adecuada.
Las autorizaciones para este beneficio tendrán una vigencia de seis meses. Para renovarlas, las empresas deben presentar su documentación al menos 30 días antes del vencimiento.
En caso de que la CBP descubra que se infló el valor del contenido estadounidense o que no coincide con lo declarado, se aplicará retroactivamente el arancel completo del 25% a todos los autos de esa misma línea de modelos, tal como lo permite la Proclamación 10908.
Según datos oficiales, el valor estimado de los autos que podrían calificar para esta exención arancelaria en 2025 asciende a 101 mil 750 millones de dólares, lo que evitaría pagos de hasta 25 mil 400 millones de dólares si el impuesto se aplicara al valor total de los vehículos.
La Proclamación 10908 fue firmada por Trump el 26 de marzo de 2025, y estableció los nuevos aranceles para vehículos y autopartes provenientes de otros países. Sin embargo, dejó abierta la posibilidad de trato especial para los países del T-MEC si cumplen con ciertas condiciones.
Los vehículos que no cumplan con estos requisitos o que provengan de otros países no podrán acceder al beneficio y deberán pagar el arancel completo sobre el valor total del automóvil o de sus piezas.
Este nuevo proceso busca garantizar que los vehículos con suficiente contenido estadounidense reciban un tratamiento arancelario más justo, beneficiando así a la industria automotriz de México y Canadá, al mismo tiempo que se protege la producción nacional de Estados Unidos.