En 2014, el conservacionista Paul Rosolie sorprendió al mundo al intentar una hazaña extremadamente peligrosa: ser devorado vivo por una serpiente durante el programa de televisión “Eaten Alive” de Discovery Channel. Diez años después de este evento, Rosolie recuerda la experiencia como algo “aterrador”.
Rosolie participó en la extraña y peligrosa hazaña con el objetivo de mostrarle a la gente el poder de estas serpientes y promover la protección de sus hábitats. A pesar de sus nobles intenciones, la experiencia fue mucho más extrema de lo que había anticipado.
Describiendo el evento para LADbible, Rosolie detalló cómo, en cuestión de minutos, su cabeza comenzó a ser engullida por una víbora gigante. “Lo último que recuerdo es su boca muy abierta y todo se volvió negro. Me quedé flácido y dejé que se contrajera”, explicó. Durante esos momentos, sintió la inmensa presión del animal, lo que le hizo temer por su vida. “Sentí que mi traje se rompía y mis brazos se salían de sus órbitas, quedé a centímetros de distancia, a momentos de que me explotara la caja torácica”, relató.
La experiencia de Rosolie fue interrumpida cuando pidió detener el experimento al sentir la presión abrumadora del animal. “Cada vez que exhalas, nunca recuperas ese espacio, nunca vuelves a inhalar. Exhalas y la serpiente aprieta; luego, cuando intentas inhalar, no hay nada”, explicó. “Por eso ni siquiera pude pedir ayuda. Fue aterrador”.
Las serpientes gigantes son conocidas por su habilidad para constreñir a jaguares y otros animales mucho más grandes que los humanos, demostrando que ingerir presas de gran tamaño no les supone ningún desafío. Esta demostración del poder de las serpientes tenía como propósito concienciar sobre la importancia de proteger sus hábitats naturales.