La vigilancia por parte de Estados Unidos sobre los cárteles de la droga mexicanos ha aumentado de forma significativa en las últimas dos semanas, según un reporte de CNN. La cadena estadounidense ha señalado que sofisticados aviones espía han llevado a cabo al menos 18 misiones sobre el suroeste de EE.UU. y en el espacio aéreo internacional cercano a la península de Baja California, entre finales de enero y principios de febrero. Esta actividad ha generado preocupación debido al alto nivel de las operaciones realizadas.
Los vuelos fueron realizados en un periodo de 10 días y marcaron una notable escalada en la vigilancia. CNN mencionó que, de acuerdo con datos provenientes de fuentes abiertas y testimonios de tres funcionarios estadounidenses, el Pentágono normalmente realiza solo una misión de vigilancia al mes en la zona fronteriza entre Estados Unidos y México. El incremento en la cantidad de vuelos muestra cómo el gobierno de EE.UU. está concentrando sus recursos en la frontera sur, especialmente después de la declaración de emergencia nacional por parte del presidente Donald Trump.
De las 18 misiones reportadas, al menos 11 fueron ejecutadas con aviones P-8 de la Marina de Estados Unidos, que poseen avanzados sistemas de radar para detectar submarinos, pero que también permiten la recopilación de imágenes y señales de inteligencia. Además, CNN indicó que uno de los vuelos, realizado el 3 de febrero, fue llevado a cabo con un avión espía U-2, conocido por su capacidad para obtener imágenes de alta altitud, usado históricamente en la Guerra Fría para vigilar a la Unión Soviética. Este tipo de aeronave rara vez se utiliza para misiones en la frontera.
El reporte también señaló que algunos funcionarios y exfuncionarios estadounidenses temen que estos vuelos de inteligencia formen parte de una estrategia más amplia para identificar objetivos a los cuales el ejército de EE.UU. pueda atacar, en línea con las declaraciones previas de Trump, quien sugirió bombardear los laboratorios de fentanilo y enviar fuerzas especiales para acabar con los líderes de los cárteles.
Las misiones de espionaje fueron llevadas a cabo en diversos estados, como California, Arizona y Texas, y se identificó al menos una operación más extensa que pasó cerca de Sinaloa el 4 de febrero. Este vuelo fue realizado con un avión RC-135 “Rivet” de la Fuerza Aérea, un modelo especializado en interceptar comunicaciones de señales terrestres. Las aeronaves utilizadas en estas misiones son capaces de recolectar información de inteligencia dentro del territorio mexicano, lo que ha generado preocupación sobre la extensión de las operaciones de espionaje.