Marcela Del Muro
Mientras el grupo de ciclistas pedaleaba por la lateral de la carretera a Rioverde, a unos metros de la calle Ricardo B. Anaya, una camioneta blanca cerró el paso de la bicicleta tándem que se había quedado rezagada. El joven que ocupaba el asiento frontal, enojado, golpeó los vidrios de la camioneta mientras gritaba: “¡Cuidado, fíjate, casi nos atropellas!”.
Esta peligrosa escena, que es muy habitual para los ciclistas que transitan la ciudad, se convirtió en una anécdota relevante porque la camioneta blanca escoltaba al alcalde de San Luis Potosí, Enrique Galindo Ceballos, que formaba parte de la agrupación.
Aquella mañana del viernes 17 de diciembre de 2021, Galindo salió a rodar junto a integrantes de Vida Sobre Ruedas, Derechos Urbanos y Estrategia Emisión Cero, colectivos ciudadanos especializados en movilidad sostenible e inclusiva.
Esta actividad fue un ejercicio de sensibilización tras diversas declaraciones hechas por el alcalde, en noviembre de 2021, cuando se presentó su nuevo programa de movilidad: Vialidades PotoSínas. Se anunció la posible reubicación de algunas de las ciclovías de la ciudad. Una de las ideas lanzadas en aquel momento fue moverlas del carril derecho a la parte central de las avenidas, priorizando la rápida afluencia del tráfico y la conservación de los lugares de estacionamiento. Pero para la mayoría de los ciclistas consultados para realizar este texto, la propuesta del Ayuntamiento podría ser peligrosa y poco accesible para ellos.
Isaac, de 23 años, utiliza diariamente la ciclovía de la avenida Himno Nacional para ir a su trabajo. Él relata distintas historias que muestran el comportamiento imprudente de varios automovilistas:
“He tenido mucha suerte de no tener accidentes graves porque muchos carros son agresivos con nosotros. La ciclovía sí hace un paro, aunque a los coches no les importa invadir el espacio. Ellos te echan el carro si quieren dar vuelta mientras uno va pasando. Si ponen el carril en medio, imagínate, sería complicadísimo cruzar la avenida para dar la vuelta en alguna calle, no nos van a dejar pasar, nos van a atropellar”.
Movilidad no es tráfico fluido ni velocidades altas
Los activistas rodaron junto al alcalde por vialidades problemáticas de la ciudad: atravesaron por los desprolijos adoquines de la Calzada de Guadalupe; subieron el puente de avenida Universidad junto a los camiones urbanos; dieron la vuelta bajo las grandes estructuras de acero y concreto que forman el distribuidor vial Benito Juárez y llegaron a la carretera a Rioverde, ahí esquivaron baches y alcantarillas abiertas; bajaron por el Río Españita y llegaron a la ciclovía de Himno Nacional, donde el alcalde saludó a usuarios y se percató de la utilidad y falta de mantenimiento que tiene el carril de bicicletas.
Todo el tiempo hubo policías viales y escoltas cuidando al presidente. En varios tramos de la ciudad hubo carros y camionetas del Ayuntamiento que tomaban fotos y videos. Y mientras eso pasaba, los colectivos eran enfáticos en señalar esa burbuja de poca vulnerabilidad de la que gozaban al ir acompañados del alcalde, pero que no existe cuando circulan solos. La ciudad es hostil para ellos y para los peatones. La ciudad está hecha para ser transitada en auto, aunque gran parte de la ciudadanía se desplaza con otros medios: transporte público, moto, bici o a pie.
La articulación de la sociedad civil y de algunos ciclistas de la ciudad se dio en el marco de la presentación de Vialidades PotoSínas, definido por el Ayuntamiento como el proyecto “más ambicioso” en movilidad. El programa de trabajo divide sus acciones en tres ejes: el primero aborda la repavimentación y rehabilitación de un millón de metros cuadrados de calles; el segundo habla de la construcción de un paso a desnivel en la carretera Zacatecas – El Saucito; y el último eje es otro paso inferior vehicular en el poniente de la ciudad, en Cordillera de los Alpes – Cordillera Himalaya.
Fue tan notorio el olvido de las autoridades que no incluyeron la movilidad sostenible en sus renders: “En una de las imágenes que ilustran estos proyectos anunciados (…) se observa al peatón y al ciclista transitar por el mismo espacio, lo que demuestra que no se contempló un espacio exclusivo para bicicletas distanciado de los peatones”, señaló la periodista Angélica Campillo sobre la presentación.
“Se mantiene la idea de que movilidad es tráfico fluido y velocidades altas. En su proyecto (Vialidades PotoSínas) se ve claro que están regresando al discurso pasado y eso tiene consecuencias bien graves para la ciudad. No solo le están quitando espacios y recursos a otros medios de transporte, también están poniendo en riesgo a los peatones y rompiendo las dinámicas del barrio”, Lois Muñoz, activista del colectivo Vida Sobre Ruedas, habló sobre El Saucito.
Estas obras se convierten en barreras
El 14 de noviembre de 2020, Derechos Urbanos, Estrategia Emisión Cero y Vida Sobre Ruedas fueron parte de una intervención de urbanismo táctico en los cruces de la iglesia de El Saucito. Los activistas, junto a un colectivo del barrio, académicos e instituciones de la administración municipal pasada, colocaron y revivieron señalética en las calles. El objetivo de esta acción fue evitar que existan accidentes y muertes de peatones y ciclistas en la zona.
Las cuadras del barrio son largas y “hay muchos peatones y comerciantes que están cruzando constantemente por en medio de la calle. Hay que entender que esto no es malo, simplemente responde a la necesidad del lugar”, explicó Lois.
“Un paso a desnivel provoca que los peatones recorran una mayor distancia para poder cruzar y pierdan la visibilidad. Estas obras se convierten en barreras para las personas que viven alrededor del lugar”.
En 2014, cuando se anunció la construcción del paso a desnivel en la avenida Muñoz, Vida Sobre Ruedas comenzó a hablar con vecinos de la zona y se pronunció contra la obra.
“Imagina a una persona de la tercera edad que sea vecina de ese lugar. Posiblemente no va a tener la posibilidad de volver a cruzar para conseguir algo que le gustaba. Tienes una obra que, está comprobado, que su vida útil es de tres meses; que además fue carísima y, en realidad, solo se movió de lugar el cuello de botella. Es necesario que se apueste por robustecer el sistema público de transporte porque el problema es que hay demasiados carros”, agregó Lois.
Según el último censo de 2020, en la ciudad de San Luis Potosí hay 911 mil 908 personas que habitan en 259 mil 324 viviendas. El 62.4% de las viviendas cuentan con un auto o camioneta para el desplazamiento de las familias o una parte de ellas; el 28% cuenta con bicicleta y el 12.5% con moto o motoneta.
“Muchos de los derechos de las personas se vulneran cuando no hay espacios para las sillas de ruedas, para las infancias, cuando no hay rampas, cuando no hay espacios seguros. Cuando la seguridad se vuelve un problema (…), se niega el derecho a la movilidad de las personas”, dijo el activista Claudio Aldrete, del colectivo Derechos Urbanos, en entrevista para el medio Periodismo Político. El 4.1% de la población total capitalina cuenta con alguna discapacidad, según el INEGI.
La sociedad civil capacitada es la que ha impulsado la movilidad
En diciembre de 2020, México reconoció el derecho a la movilidad en condiciones de seguridad, accesibilidad, eficiencia, sostenibilidad, calidad, inclusión e igualdad en el espacio público, mediante una reforma al Artículº 4o Constitucional. Y en diciembre de 2021, el Senado aprobó la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial que se envió a la Cámara de Diputados para su estudio. Los colectivos en temas de movilidad de todo el país, incluidos los estatales, han ayudado a impulsar estos logros legislativos.
El derecho a la movilidad significa que todas, todos y todes podamos movernos por la ciudad sin que las calles nos vulneren. Lois explicó a Galindo la necesidad de dar prioridad a las distintas formas de transporte y hacerlas inclusivas y accesibles para toda la ciudadanía. La necesidad que tiene una mujer trabajadora y madre: banquetas anchas para circular con sus hijos, transporte urbano inclusivo que no signifique riesgo; es distinta a la necesidad de un joven en muletas o silla de ruedas.
La sociedad civil especializada en movilidad lleva años presionando al Ayuntamiento para que cambie sus prioridades en los programas de movilidad urbana. Pero fue hasta la administración pasada (2018-2021) que la comunicación se abrió para que los colectivos impulsaran proyectos útiles pensados en las distintas alternativas de transporte y movilidad.
Arrancando el trienio del pasado Ayuntamiento, a finales de 2018, el Instituto Municipal de Planeación (Implan) conformó un equipo de trabajo, dirigido por la ciclista y especialista en tráfico y seguridad vial Mirell Betanzo, quien formuló un proyecto de movilidad incluyente para la capital del estado. En 2019, se instaló la primera ciclovía en la calle Himno Nacional. En el 2020 se instaló la ciclovía de la avenida Carranza y se mejoraron las banquetas. Ese mismo año, en plena pandemia, el uso de las ciclovías en la ciudad aumentó un 500% y se creó la ciclovía emergente en la avenida Fray Diego de la Magdalena. Ese pequeño equipo de trabajo conformó la primera Dirección de Movilidad y Espacio Público en la ciudad de San Luis Potosí.
“El hecho de que exista una dirección que se enfoque únicamente en la movilidad, es un paso enorme para la ciudad. También es importante entender que todas las propuestas vienen desde abajo, es la sociedad civil la que se ha capacitado y ha subido a estos puestos donde ha impulsado un cambio”, comentó Lois.
En conjunto se hicieron distintos proyectos, uno de los más relevantes fueron las mesas de trabajo donde se creó una propuesta de reforma del Reglamento de Tránsito.
Es necesario “tener un reglamento que piense en las personas. Que ponga la prioridad en los menores, en las personas con discapacidad, los adultos mayores y todas aquellas personas que son vulnerables en el espacio público. La movilidad no motorizada y amigable con el medio ambiente cobra mucha importancia ahora que sabemos que tenemos que hacer este cambio en la forma de descubrir y aprovechar la ciudad (…) Tenemos que garantizar el derecho a la movilidad en el reglamento de tránsito”, enfatizó Claudio. Lamentablemente, la propuesta trabajada no ha visto la luz, se frenó por cuestiones políticas y legales antes de que terminara la administración pasada.
La revancha política y ocupar los puestos con perfiles no capacitados
La rodada terminó con una reunión entre la sociedad civil, el alcalde y su equipo de trabajo, en la sala de juntas del Centro Unión. Los activistas entregaron un pronunciamiento con exigencias para que la ciudad garantice el derecho a la movilidad de los potosinos, también expresaron su disposición para seguir trabajando con la gestión actual en nuevos proyectos.
Galindo constantemente pedía a la nueva titular de la Dirección de Movilidad y Espacio Público, la abogada Janeth Socorro López Hernández, se encargara de ciertos aspectos que los colectivos solicitaban y se comprometió a crear mesas de trabajo para que se actualice de la mejor forma el Reglamento de Tránsito y el Plan Municipal de Desarrollo.
Pero es claro, por el curriculum vitae de la titular, que no cuenta con experiencia para satisfacer las necesidades de la población en temas de movilidad. Janeth López es una profesionista experimentada, sobretodo del área jurídica, en temas de vivienda. Desde el 2013 hasta septiembre de 2021 trabajó en el Instituto de Vivienda del Estado de San Luis Potosí (Invies). Como única prueba de su habilidad para ocupar la dirección, López Hernández presentó una charla virtual: el “Foro para el Plan de Movilidad para una nueva normalidad. Movilidad 4s para México saludable, segura, sustentable y solidaria”, certificada por la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).
El panorama del Ayuntamiento capitalino en temas de movilidad es desalentador. “Yo sí veo una intención clara de echar atrás todo lo que se hizo en la administración anterior. Pero lo están haciendo por revancha política porque no están analizando si lo que se trabajó estaba bien o mal hecho”, comentó el periodista y ciclista Nahúm Delgado.
“Esto no debería de pasar y menos por cuestiones políticas. Los logros que se tienen son gracias al empuje de la sociedad civil, quitarlos, echa para abajo los años de trabajo de sociedad civil”, agregó Lois
El quitar ciclovías o pensar en reubicarlas poniendo en riesgo a los usuarios significa revertir el trabajo previo que promovió el derecho a la movilidad en la capital del estado. Esta acción atentaría contra el principio de progresividad. “Este principio se relaciona de forma estrecha con la prohibición de retrocesos o marchas atrás injustificadas a los niveles de cumplimiento alcanzados, la ‘no regresividad’ en la protección y garantía de derechos humanos”, indicó la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
“No es que nos empeñemos en que no quiten las ciclovías, esto tiene que ver con el derecho a la ciudad y a la movilidad. Es un tema que nos corresponde a todos los ciudadanos, y debemos darle seguimiento y desde nuestras trincheras ayudar a que la gente esté informada”, piensa el ciclista y académico Jesús Monsivais.
“Hay que comprender que las calles no solo son lugares que se transitan, las calles las habitamos. Nosotros estamos constantemente dialogando con la ciudad y también respondemos a ella”, concluyó Lois.