“En Guerrero está garantizado el proceso electoral”, señaló Rogelio Ortega, el Gobernador interino de Guerrero y quien llegó al cargo después de la desaparición y presunta muerte de 43 estudiantes.
Pero la tensión que se vive, la amenaza de “boicot electoral” de varios grupos, las nuevas desapariciones, la presencia del crimen organizado y el abandono gubernamental que denuncian comunidades afectadas y desplazadas por el huracán “Manuel” en 2013 plantean otro escenario para el domingo.
“Aquí nos faltan 43, no podemos hacer como que no pasa nada, no podemos seguir con esta farsa electoral”, dijo a dpa Ubaldo Segura Pantoja, integrante del Movimiento Popular Guerrerense (MPG), que ha anunciado que impedirá la instalación de centros de votación en la Región Montaña de Guerrero.
“El boicot a las elecciones no es una cuestión local, es nacional y aquí estamos, no vamos a dejar [(que se hagan]“, afirmó. También en otros estados del sur del país, como Oaxaca, hay un fuerte movimiento contra los comicios.
Guerrero es uno de los nueve estados que elegirán Gobernador. El domingo además se elegirán los 500 diputados federales, a mitad de mandato del presidente Enrique Peña Nieto, así como alcaldes y legisladores locales en 15 estados y en la capital.
De hecho, se trata de los mayores comicios de la historia de México, ya que coinciden la renovación de la Cámara de Diputados federal con la elección de los gobernadores de nueve estados (Baja California Sur, Campeche, Colima, Guerrero, Michoacán, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí y Sonora). Además, en esos estados también habrá comicios locales y se renovarán los Congresos, al igual que en el Distrito Federal, Estado de México, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Tabasco y Yucatán.
Las elecciones serán claves para la segunda mitad del mandato de Peña Nieto, elogiado por sus reformas pero desgastado por la desaparición de los 43 estudiantes en Iguala.
Bajo el lema “Nos faltan 43″, diversas organizaciones sociales están decididas a impedir a toda costa el proceso electoral.
Bloomberg publica este día un artículo firmado por Brendan Case y Eric Martin en el que se menciona cómo Peña Nieto llegó a la Presidencia de México visto desde fuera como “un salvador, un conocedor de medios, el líder modelo guapo que guiaría a la nación lejos de la guerra del crimen organizado y la pobreza”.
No obstante, dice el medio, “no pasó mucho tiempo para que la historia se volviera amarga”
“El otoño pasado, decenas de estudiantes fueron asesinados por un cártel de drogas vinculado a los funcionarios locales en un pueblo del sur, el crecimiento económico no logró levantar y surgieron acusaciones de compadrazgo surgió que implica Peña Nieto, su esposa y su ministro de Finanzas. La popularidad del Presidente se derrumbó. Miles de personas salieron a las calles en un estado de indignación”, reseña el medio.
Refiere que a pesar de ello, en las elecciones del próximo domingo “parece poco probable que los votantes expresen ese enojo en las urnas. Las encuestas revelan poco apetito para castigar las promesas incumplidas o potenciar una oposición fragmentada. Mientras que el partido de Peña Nieto, el Revolucionario Institucional (PRI), pueden perder escaños, su coalición se proyecta para conservar su mayoría en el Congreso gracias a las ganancias de los partidos aliados”.
Sin embargo, Bloomberg dice que sin importar lo que pase el domingo “Peña Nieto difícilmente podrá dormirse en sus laureles”.
“El crecimiento del producto interno bruto ha perdido estimaciones de los analistas en ocho de los últimos 12 trimestres y ha seguido al de los EU durante dos años consecutivos. Los economistas han recortado sus previsiones de expansión de este año a 2,. por ciento, por debajo de un punto porcentual en los últimos siete meses, según un sondeo del banco central”, precisa.
Asimismo menciona que que las elecciones “como tantas cosas en México” se han sido manchadas por la violencia. “Desde el inicio de las campañas, al menos cuatro candidatos a cargos públicos han sido asesinados. Activistas y un sindicato de maestros están pidiendo el boicot de las elecciones en los estados más pobres del sur, donde un grupo quemó 116 mil papeletas esta semana”.
GUERRERO SACUDIDO
El Movimiento Popular Guerrerense o MPG está formado en su mayoría por profesores de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG), pero también por organizaciones campesinas, estudiantiles y sociales de la Región Montaña.
En los pasillos del Ayuntamiento de Tlapa se observan unos murales del códice de Azoyú, memoria histórica que narra gráficamente la conformación del reino indígena de Tlachinollan, hasta la llegada de los españoles.
Miembros del MPG, que realizaron un plantón, colocaron también mantas con la exigencia de la presentación con vida de los 43 estudiantes de la escuela rural del magisterio de “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa y con el llamado a no votar.
Guerrero está sacudido desde la desaparición de los estudiantes hace ocho meses, cuando fueron detenidos en la ciudad de Iguala por policías y supuestamente fueron asesinados e incinerados después por un grupo criminal.
Ahora, en Guerrero hay nuevas denuncias de desapariciones, en la localidad de Chilapa. Allí, el 1 de mayo fue asesinado a tiros el candidato a alcalde Ulises Fabián Quiroz, del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Un grupo de supuestos policías comunitarios tomó la comunidad del 9 al 14 de mayo y desde entonces se desconoce el paradero de al menos 16 personas. En la zona rivalizan dos grupos del crimen organizado: Los Rojos y Los Ardillos.
Los familiares culpan a Los Ardillos, un grupo que opera en esta región de la Montaña Baja, unos 300 kilómetros al sur de Ciudad de México.
También la política está en el medio porque los líderes del grupo son hermanos del diputado local del Partido de la Revolución Democrática (PRD, izquierda) Bernardo Ortega, que se ha deslindado de ellos.
“Aquí en Chilapa no queremos narco-elecciones. Queremos a nuestros hijos vivos”, se leía en una pancarta enarbolada por la madre de uno de los desaparecidos.
La mayoría de los “chilapeños” vive de la actividad artesanal. El mercado dominical, considerado como único en su género, casi ha desaparecido.
La vida de la comunidad se termina a las ocho de la noche porque hay “toque de queda”. La gente habla poco. Tiene miedo de ser escuchada por “halcones”, grupos de jóvenes que fungen como informantes del crimen organizado.
Para Francisco Benítez Domínguez, padre de uno de los desaparecidos, la retención de su hijo es una forma de esclavitud moderna porque, según afirma, el grupo delincuencial los recluta y obliga a trabajar para ellos, bajo el amparo de autoridades.
Entre las amenazas de boicot y los desaparecidos, Guerrero se encamina a las elecciones. Es uno de los estados de México donde el domingo estarán encendidos los focos rojos.
POBRE EN PROPUESTAS
El presidente del órgano electoral, Lorenzo Córdova, sostiene que México se juega su “futuro democrático” en estas elecciones, que considera las “más complejas” del país por las amenazas de boicot en Guerrero y Oaxaca y la inseguridad en gran parte de la geografía nacional.
En opinión del experto en procesos políticos Víctor Alarcón, la campaña “ha sido muy pobre en cuanto propuestas” y no ha logrado despertar el interés de los ciudadanos, salvo en casos muy puntuales.
Entre ellos está el de Nuevo León, el estado más importante en disputa por su tamaño y riqueza, donde por primera vez un candidato independiente, Jaime Rodríguez “el Bronco”, puede convertirse en gobernador y propinar así un duro golpe al Partido Revolucionario Institucional (PRI), actualmente en el poder.
Unas de las novedades del proceso es la participación de los aspirantes independientes (22 en esta ocasión), gracias a la reforma político-electoral aprobada en 2014, que también abrió la puerta a la paridad de género en las candidaturas a legisladores estatales y federales.
Guerrero, en el sur del país, también ha llamado la atención por la “efervescencia social” generada por la desaparición de 43 estudiantes hace ocho meses en Iguala a manos de autoridades corruptas y miembros del crimen organizado, dijo a Efe Alarcón.
Asimismo destaca Michoacán, por la violencia provocada por los cárteles de las drogas y que, al igual que en Guerrero, puede generar dificultades el 7 de junio.
Según Alarcón, catedrático de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), los partidos de oposición no han mostrado en campaña cómo pueden generar un cambio de rumbo.
El conservador Partido Acción Nacional (PAN) y el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) siguen “atrapados en la inercia que les dejó el Pacto por México”, lo que les impidió generar ataques más frontales o propuestas atractivas.
Ese acuerdo firmado por las tres principales formaciones en diciembre de 2012 permitió a Peña Nieto sacar adelante reformas en sectores clave para el país, como la energética o la de telecomunicaciones, y proyectar al mundo una imagen de México en transformación.
Pero el optimismo se vino abajo tras la desaparición forzada de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, un caso que consternó al mundo y generó un movimiento para exigir justicia en un país con más de 22 mil personas desaparecidas, y escándalos sobre presuntos conflictos de interés de su entorno más cercano.
En este escenario, Alarcón cree que el PAN puede “dar una sorpresa” en estados como Querétaro, San Luis Potosí, Baja California Sur y quizás Michoacán, donde la carrera está muy cerrada con el PRI.
De lograr estas victorias, apuntó, habría una recuperación de estados por parte de esta fuerza, que perdió espacios en las elecciones de 2012 desgastada por dos mandatos consecutivos en Los Pinos, y el regreso a un bipartidismo más efectivo en las entidades.
Sin embargo, apuntó el experto, es posible que ello no le alcance “para hacer un contrapeso significativo al PRI en la Cámara de Diputados”, donde en la actualidad tiene 113 escaños frente a 214 del partido gobernante.
Si el PRI logra “un peso importante dentro de la Cámara” baja, eso permitirá a Peña Nieto empujar para lograr “algún nivel de implementación” de las reformas en el resto de su mandato, “aunque sea en lo básico”, estimó.
En relación a los estados, salvo Campeche y Guerrero, donde el PRI puede arrebatar el Gobierno a un PRD golpeado por el caso Iguala, los escenarios “no son muy alentadores” para esta formación en unos comicios que servirán para evaluar la primera mitad del mandato de Peña Nieto, indicó.
De acuerdo con las encuestas, en el mejor de los escenarios el PRI obtendrá el 30 % de los votos, lo que supone una disminución “muy importante” (unos 10 puntos porcentuales) respecto las elecciones de 2012.
Según Alarcón, eso sería muestra de una “insatisfacción muy significativa” de la ciudadanía y llevaría a pensar que la contienda presidencial de 2018 tendrá al menos tres importantes candidatos, uno desde el espacio de los independientes, otro de la oposición y el del oficialismo.
Fuente: Sin Embargo