A pesar de las clausuras realizadas en la capital potosina, varios bares y antros han reabierto de manera clandestina para organizar fiestas privadas, poniendo en riesgo la seguridad de los asistentes. El alcalde Enrique Galindo Ceballos alertó sobre esta problemática y anunció que se está trabajando en un nuevo reglamento de comercio para prevenir situaciones peligrosas.
Uno de los principales riesgos de estos eventos ilegales es la falta de control sobre el consumo de alcohol y la presencia de menores de edad. De acuerdo con el edil, algunos organizadores han implementado métodos de pago electrónicos, como transferencias y depósitos, para evadir sanciones y continuar operando fuera de la ley.
Cada fin de semana, se han detectado entre cinco y seis fiestas privadas que funcionan como bares clandestinos, muchas veces en establecimientos que ya habían sido cerrados. A través de redes sociales y grupos de mensajería, los responsables convocan a los asistentes y operan por pocas horas antes de volver a cerrar para evitar ser detectados.
El alcalde señaló que algunos antros llevan años operando sin licencia y, aunque han sido clausurados en repetidas ocasiones, continúan funcionando de manera irregular. “Nos encontramos en una lucha constante con los dueños de estos lugares para que se regularicen”, afirmó.
Para evitar tragedias como la ocurrida en el antro Rich el año pasado, donde el colapso de una terraza dejó dos muertos y ocho heridos, el Ayuntamiento ha intensificado operativos y sanciones. En un caso reciente, tras clausurar un antro sin permiso, los organizadores trasladaron la fiesta a un predio, donde varios jóvenes huyeron al ser descubiertos. Dos de ellos fueron encontrados escondidos en un aljibe con agua a la mitad de su capacidad.
Ante este panorama, las autoridades han flexibilizado los trámites de refrendo para que antros, bares y restaurantes puedan regularizar su situación y operar dentro del marco legal, garantizando mayor seguridad para los asistentes.