Owen Monroe, un bebé que llegó al mundo con una compleja cardiopatía congénita, ha protagonizado el primer trasplante parcial de corazón con tejido vivo, marcando un hito médico que ofrece nuevas esperanzas a niños que enfrentan problemas cardíacos irreparables. El pequeño Owen, diagnosticado con un raro defecto llamado truncus arterioso, tenía fusionadas las grandes arterias de su corazón y solo una válvula, lo que amenazaba su vida desde el momento de su nacimiento.
La urgencia por encontrar una solución llevó a los médicos del Hospital Universitario de Duke, en Carolina del Norte, a explorar terrenos no antes transitados. Frente a las opciones tradicionales que implicaban el reemplazo de válvulas con implantes inertes, los especialistas optaron por un trasplante parcial de corazón, una técnica pionera que consiste en implantar tejido vivo para evitar futuras cirugías de reemplazo. Esta decisión, tomada por primera vez en el mundo, fue respaldada por la familia de Owen.
La intervención, realizada cuando Owen contaba con solo 18 días de vida en la primavera de 2022, fue un éxito. Un estudio publicado en la revista científica Jama, de la Asociación Estadunidense de Médicos, confirma que el corazón del pequeño funciona correctamente y que el tejido implantado crece con él, eliminando la necesidad de intervenciones adicionales.
El jefe de cirugía cardíaca pediátrica de Duke, Joseph Turek, explica que, en el caso de Owen, el diagnóstico se realizó incluso antes de su nacimiento, permitiendo a los médicos prepararse para la innovadora técnica. El trasplante parcial de corazón ofreció una alternativa a los métodos convencionales, que conllevan riesgos adicionales y requieren intervenciones posteriores debido a la falta de crecimiento de los tejidos inertes.
Según Turek, ya se han realizado en el mundo 13 trasplantes parciales de corazón, siendo nueve de ellos en el Hospital Infantil de Duke. Además, esta técnica ha allanado el camino para nuevas dinámicas en los trasplantes, como los llamados trasplantes parciales de corazón dominó y de raíz dividida, maximizando las donaciones y salvando más vidas.
En cuanto a la evolución de Owen, la madre, Tayler Monroe, destaca que el niño, a punto de cumplir dos años desde la operación, está prosperando. Aunque enfrenta algunos retrasos en el desarrollo, comunes en bebés con afecciones cardíacas, camina y se alimenta de manera independiente. La madre celebra la segunda oportunidad de vida que ha tenido su hijo, evitando múltiples cirugías que hubieran sido necesarias con enfoques convencionales.
Este logro médico ofrece un rayo de esperanza a niños con cardiopatías congénitas y destaca el potencial de las técnicas innovadoras para mejorar la calidad de vida de los pacientes pediátricos. El impacto positivo de esta intervención se refleja en la salud y el bienestar de Owen, quien ahora puede disfrutar de una infancia más saludable gracias a la valentía de los médicos y la voluntad de explorar nuevos caminos en la medicina pediátrica.
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