La tradición de llevar a bendecir a los animales cada 17 de enero, día de San Antonio Abad, protector de los animales, se mantiene entre diversos sectores de la población, aunque hay quien recuerda que en décadas anteriores la costumbre estaba más arraigada.
Álvaro Gaytán, es ejidatario del municipio de Soledad y relató que hace cerca de 40 años las familias acostumbraban llevar todo tipo de animales a la parroquia de Nuestra Señora de la Soledad.
Refirió que en aquel tiempo el padre José salía a las cinco de la tarde al portón que da a la calle Melchor Ocampo a bendecir a los animalitos, las familias acostumbraban llevar sus perros, gatos, pericos, conejos, gallinas, pavorreales, cabras, y hasta vacas y cerdos.
“Con su sotana negra llegaba el padre José, hasta en bicicleta, al templo parroquial para atender a los feligreses, como era la tradición, lanzaba agua bendita a cada uno de los animales que llevaban las familias, el jardín se veía muy bonito de todos los animales”, dijo el entrevistado.
Agregó que en los últimos años ya son muy pocas las familias que han seguido con esa tradición, además de que no todos los sacerdotes que han pasado por la parroquia le han dado el impulso al gran patrón de los animales.
De acuerdo con los relatos de la iglesia católica, San Antonio Abad fue a visitar a Pablo, el ermitaño y había un cuervo que según la tradición alimentaba a este anacoreta dándole una hogaza de pan y dio la bienvenida a Antonio dándole dos hogazas.
Más tarde San Antonio pudo enterrar a Pablo con la ayuda de dos leones y otros animales.
Otra historia es la que tiene que ver con una jabalina y sus pequeños jabatos que se acercaron a él en una actitud de súplica pues estaban ciegos. El santo curó a los animales y desde entonces la madre no se separó de él y le protegió de cualquier alimaña que se le acercara.
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