México es uno de los principales productores de plástico del planeta, de hecho de acuerdo con Raúl Mendoza Tapia, director de la Asociación Nacional de Industrias del Plástico somos el onceavo productor a nivel mundial, manufacturamos plástico por un valor de 23mil millones de dólares al año, superando a China, Estados Unidos y Alemania.
Se estima que para este año 2017, aumente la producción y consumo de plástico en un 6%. El 48% del plástico que se consume en el país es para embalajes, 24% es de consumo general y el resto se destina a diferentes industrias.
Bioplástico hecho en México
Además de ser una fuente de ingresos, el plástico también es un problema ambiental, es por eso que se ha buscado la manera de remplazarlo con productos que sean más amigables con el planeta, uno de estos remplazos se llama Biofase, es un bioplástico que se obtiene de la semilla del aguacate.
Recordemos que México es el principal productor de aguacate a nivel mundial, muchas veces este no se comercializa entero, sino en forma de salsas o guacamoles, dejando tras de sí varias toneladas de semillas que en un principio no tenían un uso práctico, hasta que Scott Munguía y su equipo descubrieron un biopolímero que se obtiene de esta semilla y se puede moldear de diversas formas en productos que antes solo se fabricaban con polímeros sintéticos derivados del petróleo.
La ventaja de estos productos de Biofase, y de las resinas que comercializan, es que además de ser biodegradables, son compostables, es decir, que si las tiramos a la basura, en un plazo máximo de 3 años, se habrán reintegrado al ambiente.
Una cosa que nos llama la atención es que por el momento solo comercializan cubiertos desechables, pero tienen capacidad para producir 700 toneladas al mes de resinas que podrán convertirse en charolas, platos y vasos que otrora eran de unicel y ahora podrán ser menos contaminantes.
Otras alternativas biodegradables
Sin embargo, Biofase no es la única alternativa, también se producen bioplásticos del maíz, aunque este al ser un producto alimenticio, si bien es biodegradable, no es totalmente sustentable, debido a que en muchos países del mundo no se tiene una seguridad alimentaria y ese maíz podría utilizarse para se alimento de las personas.
Hay otras alternativas como el almidón termoplástico que es muy semejante al unicel y se obtiene del almidón de diferentes organismos vegetales, sus usos principales son las bolsas de supermercado, material de empaque para rellenar espacios vacíos, bolsas para basura, productos de higiene y cosméticos.
La celulosa es otra fuente de la que se obtienen bioplásticos, y además es una de las materias primas más abundantes en el planeta, con el bioplástico de celulosa se pueden hacer juguetes, interiores de autos, objetos para decoración y construcción, también tiene aplicaciones médicas y para equipos deportivos.
También encontramos el ácido poliláctico (PLA), que proviene de almidones de maíz o papa y a través de acción bacteriana se vuelve el PLA, éste se utiliza para hacer vasos, copas y envase de alimentos.
Estos son los principales bioplásticos que cumplen con la función de ser biodegradables, con un consumo mundial anual de 200 toneladas de plástico derivado del petróleo, es más que necesario alentar la producción y uso de los bioplásticos, de otra forma, no solo tendremos una isla de plástico en el océano sino varias, con las afectaciones a especies marinas y al equilibrio de los ecosistemas.
Con información de: Xataka