Juliana Marins, una mochilera brasileña de 26 años, se encuentra en una zona de difícil acceso en el volcán Rinjani, en la isla indonesia de Lombok, tras caer por un acantilado resbaladizo durante una exigente excursión de tres días. El incidente ocurrió el sábado al amanecer, cuando Juliana se separó de su grupo por cansancio y perdió el equilibrio en el borde del cráter.
Un dron utilizado por turistas españoles logró localizar a la joven a unos 300 metros debajo del sendero, en una zona complicada por las bajas temperaturas y la niebla espesa. Las autoridades locales consideran crítico el rescate y evalúan el uso de un helicóptero, aunque el clima variable dificulta las operaciones.
El gobierno brasileño, a través de la cancillería, solicitó a Indonesia intensificar las labores de búsqueda, mientras la familia de Juliana ha expresado preocupación por la falta de recursos adecuados en las primeras fases del rescate. Dos grupos experimentados de montañistas se sumaron a la búsqueda este lunes.
Juliana inició la caminata el viernes pasado en compañía de cuatro personas y un guía, con la intención de subir al volcán activo más alto de la isla, que supera los 3,700 metros. Según una compañera de excursión, las condiciones fueron muy duras debido al frío, la niebla y el terreno complicado.
La embajada de Brasil en Indonesia admitió errores en la información entregada inicialmente a la familia y envió funcionarios al lugar para supervisar el operativo de rescate. Antes de su viaje a Indonesia, Juliana recorrió Filipinas, Vietnam y Tailandia.
Mientras Brasil aguarda noticias, las labores para recuperar a la mochilera continúan en un entorno desafiante y remoto.