Brasil: miles exigen la destitución de Rousseff

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Realizan marchas contra la presidenta en 205 ciudades del país. Crece descontento por corrupción y mala situación económica.

Cientos de miles de brasileños se manifestaron ayer en más de 205 ciudades del país contra el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, y pidieron su destitución por el mal curso de la economía, casi en recesión, y los escándalos de corrupción que azotan a Petrobras.

En la tercera manifestación nacional desde que Rousseff inició su segundo mandato, en enero pasado, Sao Paulo volvió a erigirse como feudo de la protesta social, con decenas de miles de personas ocupando hasta 10 cuadras de la céntrica Avenida Paulista. La policía dijo que en la capital financiera del país, 350 mil personas se manifestaron, mientras que el Instituto Datafolha —un centro de encuestas— aseguró que la cifra ascendió a 135 mil participantes.

A las protestas para pedir un proceso de impeachment (destitución) contra Rousseff, si ésta rechaza dejar el cargo, acudieron en todo el país entre 880 mil y dos millones de personas, según estimaciones parciales de la policía militarizada y los organizadores, respectivamente, citadas ambas por el portal G1 del grupo Globo.

El 15 de marzo, en la mayor de todas las jornadas de movilización, el número de asistentes, según la policía, rondó los 2.4 millones de personas, mientras que para los grupos que convocaron fueron cerca de tres millones.

En Río de Janeiro, miles de manifestantes ocuparon la Avenida Atlántica al grito de “¡Fuera Dilma!”, “¡Fuera Lula!” y “¡Fuera el Partido de los Trabajadores!”, en referencia también al partido gobernante y al antecesor de la mandataria, Luiz Inacio Lula da Silva.

En Sao Paulo y Río de Janeiro, dos grandes banderas llevaban la inscripción impeachment, en relación a los pedidos de algunas formaciones políticas en el Congreso brasileño para que el poder legislativo vote un proceso que deponga a Rousseff.

Para que un proceso de este tipo prospere se necesitaría del apoyo de dos tercios de la Cámara.

El rival de Rousseff en el segundo turno de los comicios presidenciales de octubre pasado y actual líder del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB, centro), Aécio Neves, acudió al acto en Belo Horizonte (sureste), donde denunció “tanta mentira, tanta corrupción y tanto desprecio a los brasileños” por parte del Ejecutivo.

“Brasil encontrará su camino por la fuerza de su gente, por las manifestaciones que están ocurriendo por todas partes. No importa el tamaño de la manifestación, porque la indignación hoy es enorme, mayor que en la época de las elecciones”, dijo Neves, vestido de amarillo.

La presidenta se reunió por la tarde con varios ministros para evaluar la situación, después de una semana en la que dijo que “defenderá la democracia brasileña” y volverá a llevar a Brasil a la senda del crecimiento económico. Rousseff vive uno de los momentos más difíciles desde que dirige la mayor economía de América Latina, debido a la recesión económica, la corrupción en Petrobras y la fragilidad de los apoyos políticos en el Legislativo.

La popularidad de la presidenta cayó a mínimos históricos desde que se monitorea el apoyo social a jefes de Estado en el país, con un rechazo a su gobierno de 71%, según una encuesta publicada hace 10 días.

Datos del Instituto Datafolha —uno de los más respetados de Brasil— indican que 71% de los brasileños califica de “mala” o “pésima” la gestión de Rousseff, que cumple apenas su octavo mes desde que fuera reelegida presidenta.

Se trata del mayor índice de impopularidad para un presidente brasileño desde que comenzaran a realizarse este tipo de sondeos, en 1990.

El rechazo social a la presidenta supera —según el sondeo del 4 y 5 de agosto— al que obtuvo el presidente Fernando Collor, de 68% en 1992, poco antes de ser depuesto porimpeachment.

Fuente: El Universal

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