Brittney Griner regresó a Estados Unidos en la madrugada de este viernes, casi 10 meses después de que la detención de la estrella del basquetbol en Rusia la convirtiese en la estadounidense de más alto perfil encarcelada en el extranjero y desencadenase una tormenta política.
Ser una mujer negra y abiertamente lesbiana, una figura destacada en el básquetbol femenino y estar retenida en un país cuyas autoridades han sido hostiles con la comunidad LGBTQ+, aumentó la preocupación por su estado y atrajo una atención sin precedentes hacia su caso. La invasión rusa de Ucrania poco después de su arresto complicó aún más las cosas.
El acuerdo para intercambiar a Griner por el famoso traficante de armas Viktor Bout anunciado el jueves consiguió uno de los principales objetivos del presidente Joe Biden, pero no incluyó la liberación de otro estadounidense, Paul Whelan, quien lleva casi cuatro años encarcelado en Rusia.
La decisión de Biden de autorizar la libertad de Bout, un delincuente ruso otrora apodado el “Mercader de la muerte”, pone de manifiesto la gran urgencia del gobierno para conseguir el regreso de la jugadora, especialmente después de la reciente resolución de su caso, relacionado con drogas, y su traslado a una colonia penal.
Griner, que ganó dos medallas de oro olímpicas y es la estrella del Mercury de Phoenix en la liga profesional, fue vista bajando de un avión que aterrizó este viernes en la Base Conjunta San Antonio-Lackland en Texas.
“Muy feliz por tener a Brittney de vuelta en suelo estadounidense. ¡Bienvenida a casa BG!”, tuiteó Roger Carstens, el enviado presidencial para asuntos de rehenes.
La estrella de la WNBA, que también jugaba básquetbol profesional en Rusia, fue arrestada en el aeropuerto Sheremetyevo de Moscú en febrero después de que las autoridades dijeron haber encontrado en su equipaje cartuchos con extracto de cannabis para vapear. El Departamento de Estado estadounidense dijo que la deportista había sido “detenida injustamente”, algo que Rusia rechazó de forma tajante.
Aunque se declaró culpable en julio, fue juzgada porque en el sistema judicial ruso la admisión de la culpabilidad no cierra automáticamente el proceso. Fue condenada a nueve años.
Ante el tribunal, reconoció que poseía cartuchos con aceite de cannabis pero afirmó que no tenía intención delictiva y que los empacó de forma accidental. Su equipo legal presentó declaraciones escritas que señalaban que se le recetó cannabis para tratar el dolor.
El Ministerio de Exteriores ruso confirmó el canje del jueves en un comunicado difundido por las agencias noticiosas del país, que explicó que el intercambio tuvo lugar en Abu Dabi y que Bout regresó en avión a su país.
Biden habló por teléfono con Griner. Funcionarios estadounidenses dijeron que se le ofrecerá atención médica especializada.
A cambio, Estados Unidos dejó libre a Bout, un ex teniente coronel del ejército soviético al que el Departamento de Justicia considera uno de los mayores traficantes de armas del mundo. Fue arrestado en Tailandia en 2008 y extraditado al país en 2010.
Bout purgaba una pena de 25 años por conspirar para vender armas por valor de decenas de millones de dólares que serían utilizadas contra estadounidenses.
El Financiero