La preocupación entre empresarios y trabajadores va en aumento debido a la incertidumbre política que rodea las posibles deportaciones masivas. Analistas económicos advierten que esta medida no solo tendría consecuencias sociales y humanitarias, sino que también provocaría una recesión en los estados más dependientes de los inmigrantes mexicanos, afectando la producción, el consumo y la inversión local.
Los sectores más golpeados por esta situación serían la agricultura, la construcción, la manufactura y los servicios de alimentación y hospedaje. Estas áreas ya enfrentan dificultades por el clima y la falta de personal, por lo que perder trabajadores agravaría la crisis.
California y Texas serían los estados más afectados. Tan solo en 2024, California contaba con dos millones 347 mil 698 trabajadores inmigrantes mexicanos, lo que representa el 31.1% del total en Estados Unidos. En tanto, Texas tenía un millón 489 mil 526, es decir, el 19.7%. Juntos, reúnen la mitad de toda la fuerza laboral mexicana en el país.
El análisis más reciente del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (Cemla) explica que 12 estados concentran el 80% de los empleos ocupados por inmigrantes mexicanos en Estados Unidos, lo que equivale a un promedio de 6 millones de personas trabajando.
La agricultura y la construcción son dos de los sectores con mayor dependencia de esta mano de obra. En California, uno de cada 1.8 trabajadores agrícolas y uno de cada 3.2 trabajadores en construcción son inmigrantes mexicanos. Además, una de cada 2.7 mujeres que trabajan en el servicio doméstico también lo es.
En Texas ocurre algo similar. Uno de cada 3.3 hombres que se dedican a la construcción son mexicanos inmigrantes, y una de cada 3.6 mujeres en servicios domésticos también proviene de México. Esta presencia es clave para el funcionamiento de la economía local.
Otros estados que también se verían seriamente afectados por las deportaciones son Illinois, Arizona, Washington, Georgia, Florida y Colorado. La falta repentina de esta mano de obra generaría escasez de trabajadores, elevaría los costos de producción y, por ende, subirían los precios al consumidor.
El estudio del Cemla resalta que estas deportaciones masivas representan un peligro directo para la economía de varias entidades norteamericanas. La eliminación de esta fuerza laboral sería un golpe difícil de sostener para los sectores económicos clave, especialmente en estados que dependen en gran medida del trabajo de migrantes mexicanos.