El incremento en la temperatura durante la temporada de calor no solo significa días más cálidos, sino también un aumento significativo en los niveles de contaminación en San Luis Potosí. Según el profesor e investigador de ingeniería ambiental de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, Alfredo Ávila Galarza, hay tres razones clave detrás de este fenómeno.
En primer lugar, el aumento de la radiación solar durante la primavera y el verano desencadena reacciones entre los contaminantes primarios, como los óxidos de nitrógeno y los hidrocarburos, arrojados principalmente por vehículos y actividades industriales. Estas reacciones fotoquímicas generan contaminantes secundarios, como el ozono, contribuyendo así a la contaminación atmosférica.
Además, el mayor consumo de energía durante estos meses, tanto en hogares como en lugares de trabajo, resulta en un aumento en la quema de combustibles fósiles, como el combustóleo y el diesel, utilizados en las termoeléctricas. Esta mayor emisión de contaminantes agrava la situación.
Por último, las ciudades experimentan lo que se conoce como la “isla de calor”, donde las áreas urbanas, debido a la presencia de cemento y asfalto, retienen más calor que las zonas rurales circundantes. Esta diferencia de temperatura afecta la formación de lluvias, lo que significa que los contaminantes permanecen suspendidos en el aire por más tiempo, sin ser lavados por la lluvia.
Ávila Galarza advierte sobre la falta de conciencia de las autoridades respecto a este problema y destaca la necesidad de un monitoreo continuo para comprender la verdadera magnitud de la contaminación a la que están expuestos los habitantes de San Luis Potosí. Con el aumento de la temperatura, es crucial abordar estos factores para mitigar los efectos negativos en la calidad del aire y la salud pública.