Un estudio reciente advierte que el calor extremo representa un serio riesgo para varias de las ciudades que recibirán partidos del Mundial 2026 en México, Estados Unidos y Canadá.
El informe “Canchas en peligro” revela que 10 de las 16 sedes podrían enfrentar condiciones climáticas críticas de estrés térmico durante el torneo. Además, estima que para 2050 casi el 90% de los estadios de Norteamérica deberán adaptarse a las altas temperaturas, mientras que un tercio tendrá problemas con la disponibilidad de agua.
El documento también analizó los riesgos de futuros mundiales y el impacto del cambio climático en canchas formativas, donde entrenaron figuras como Mo Salah o William Troost-Ekong, que en unas décadas podrían enfrentar temperaturas insoportables la mayor parte del año.
El tema ya se refleja en la actualidad. Durante el Mundial de Clubes en Estados Unidos, jugadores calificaron como “imposibles” las condiciones por el calor y las tormentas, lo que obligó a la FIFA a implementar pausas de hidratación, sombra en las bancas y ventiladores.
En ciudades como Atlanta, Dallas, Houston, Kansas City, Miami y Monterrey, las temperaturas superan de manera constante los 32 grados WBGT, nivel que la FIFA considera como límite para hacer pausas. Dallas y Houston destacan como las más afectadas, con hasta 31 y 51 días al año por encima de los 35 grados WBGT, considerados por los científicos como el umbral de la resistencia humana.
El exfutbolista español Juan Mata advirtió sobre este panorama: “El fútbol siempre ha unido a la gente, pero ahora también es un recordatorio de lo que podemos perder con la crisis climática”.
El estudio, de 96 páginas, pide al fútbol comprometerse con la meta de cero emisiones netas para 2040 y elaborar planes serios de descarbonización, además de fondos de adaptación climática.
La afición también lo exige: 91% de los más de 3,600 encuestados en los países sede quiere que el Mundial 2026 sea un modelo de sostenibilidad.