Camarón gigante, jaiba rellena, almejas y vino: los platillos en el menú de un narco

El restaurante Bali Hai en la Ciudad de México fue escenario en diciembre de 1993 de un tiroteo en el que el objetivo era el narcotraficante Amado Carrillo Fuentes “El señor de los cielos”, entonces líder del Cártel de Juárez.

Los hermanos Arellano Félix, jefes del Cártel de Tijuana intentaron ejecutar al capo con el que entonces libraban una batalla por el territorio. Este lugar era uno de los preferidos de Carrillo Fuentes quien lo visitaba cada mes o cada dos meses, por eso, sus rivales sabían que ahí lo podían encontrar.

En su libro “Los Capos”, Ricardo Ravelo describe que cuando el narcotraficante llegaba al lugar se confundía con cualquier comensal, ya que su equipo de seguridad estacionaba sus autos igual que cualquier otra persona. 

Amado Carrillo junto a uno de los aviones de su flota. Foto: Especial

Mientras su equipo de seguridad permanecía afuera en espera de alguna emergencia o atento a que no pasara contingencia alguna, “El señor de los cielos”, comía generalmente en alguna mesa que estuviera cercana a los baños.

Los mariscos eran el platillo favorito de Amado Carrillo. “El capitán servía camarón gigante, jaiba rellena, almeja viva, callo de hacha, ostiones en su concha, pata de mula, vino blanco y eventualmente un pescado preparado con la especialidad de la casa”, señala Ravelo en su libro, donde agrega que también pedía “tres fuentes de mariscos” para los sicarios que lo esperaban afuera del local.

El autor relata que si bien es cierto que el capo se movía con libertad por todo el país, a la horade comer en su restaurante favorito generalmente no tardaba más de una de hora en pedir la cuenta “en dólares” y dejaba una cuantiosa propina.

“Carrillo Fuentes se movía con absoluta libertad dentro del país. En sus investigaciones tanto la PGR como la Sedena pudieron constatar que era frecuente verlo en distintas rutas: Guadalajara, Chihuahua, la Comarca lagunera, Torreón, Coahuila; Cancún y en el Distrito Federal, principales corredores del trasiego de droga que no eran ajenos a sus dominios.

Amado Carrillo Fuentes en una de las pocas fotos que se conocen de él. Foto: Especial

“La mayor parte del tiempo andaba acompañado de su compadre ‘El Flaco’, uno de los administradores de sus bienes, quien hacía funciones de publirrelacionista para el cártel de Juárez. Diestro negociador, le correspondía ser el interlocutor ante gobernadores, agentes, comandantes y militares de alto rango. Gracias a él se mantenían bien aceitadas las alianzas y garantizada la protección del cártel y de sus principales socios”, señala el texto.

Carrillo Fuentes murió cuatro años después del atentado en su contra en su restaurante favorito. El 4 de julio de 1997 falleció en un hospital de la Ciudad de México mientras se le practicaba una cirugía estética.

Se le conocía como “El señor de los cielos” por la flota de aeronaves con las que contaba para transportar droga colombiana que llegaba a México y que tenía como destino las calles de Estados Unidos.

Sin Embargo

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