Lo que comenzó como una experiencia de verano en un tradicional campamento cristiano se convirtió en una pesadilla para decenas de familias en Texas. Las lluvias torrenciales que azotaron la región de Hill Country arrasaron con caminos, árboles y estructuras, dejando a su paso devastación y miedo. Camp Mystic, un reconocido campamento solo para niñas ubicado en las orillas del río Guadalupe, fue uno de los sitios más golpeados por la emergencia.
Padres desesperados compartieron fotos de sus hijas en redes sociales, pidiendo ayuda para localizarlas. Según el vicegobernador Dan Patrick, al menos 23 menores estaban desaparecidas el viernes por la tarde. Equipos de rescate, helicópteros, drones y lanchas fueron desplegados para buscarlas en medio de los escombros y aguas crecidas. Mientras tanto, los Rangers de Texas comenzaron a evacuar el campamento con vehículos de emergencia, aunque no se dieron actualizaciones inmediatas sobre las niñas perdidas.
La escena fuera de una escuela primaria en Ingram, habilitada como centro de reunificación, era de angustia. Más de cien personas esperaban con la esperanza de ver bajar de los autobuses a sus hijas. Una pequeña con camiseta de Camp Mystic sollozaba entre los brazos de su madre, empapada y con los calcetines cubiertos de lodo. El campamento alojaba aproximadamente a 750 niñas, y las autoridades informaron que, si los padres no eran contactados directamente, sus hijas estaban a salvo.
Camp Mystic, fundado en 1926, es un lugar emblemático de la región. Chloe Crane, exconsejera del lugar, recordó entre lágrimas los buenos momentos vividos allí y no pudo evitar sentir tristeza al enterarse de que las cabañas fueron arrastradas por el agua. Comentó que el sitio era “mágico” para muchas niñas que buscaban ganar confianza, divertirse y aprender. Pero hoy, ese lugar lleno de recuerdos se transformó en una historia de terror para muchas familias.
Las condiciones en el campamento eran críticas: no había electricidad, ni agua corriente, ni conexión a internet. Además, la carretera que lleva al sitio fue arrasada por la corriente. Los campistas se refugiaron en edificios ubicados en zonas altas mientras esperaban ser evacuados. Las cabañas que alojaban a las niñas más pequeñas, situadas junto al río, habrían sido las primeras en ser alcanzadas por la inundación.
La zona de Camp Mystic es parte de un área conocida como “el callejón de las inundaciones repentinas”, donde el agua de lluvia no se absorbe en el suelo, sino que baja con fuerza por las laderas. Ya antes se han vivido tragedias similares en esta región: en 1987, diez adolescentes murieron ahogadas cuando un autobús de otro campamento no pudo ser evacuado a tiempo. Ahora, la historia parece repetirse con nuevos protagonistas.
Otros campamentos cercanos, como Camp Waldemar y Camp La Junta, informaron que todos sus asistentes y personal estaban a salvo. Sin embargo, la situación en Camp Mystic ha estremecido al estado entero. El gobernador pidió a la población rezar por las niñas, mientras organizaciones como la Fundación Comunitaria de Texas Hill Country solicitan donaciones para ayudar a las labores de rescate y atención a damnificados.
A pesar del despliegue de ayuda, los daños ya eran graves: árboles caídos, construcciones destruidas y familias enteras con el alma en vilo. El dolor y la incertidumbre todavía dominaban la jornada del viernes, con muchos padres esperando una sola llamada que confirmara la seguridad de sus hijas.