El cantante de corridos Gerardo Ortiz se declaró culpable de conspirar para violar la Ley Kingpin, que sanciona a personas y entidades extranjeras involucradas en el tráfico internacional de drogas. El artista admitió haber trabajado con un promotor vinculado al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), lo que ahora lo coloca como testigo clave en el juicio contra su exrepresentante y productor musical, Ángel del Villar.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos reveló que Ortiz participó en al menos seis conciertos organizados por Jesús Pérez Alvear, un promotor señalado por presuntamente lavar dinero para el CJNG. Esta información, que había permanecido en secreto, salió a la luz durante el juicio de Del Villar, acusado de violar la Ley Kingpin.
De acuerdo con la Fiscalía estadounidense, Ortiz aceptó su culpabilidad en silencio mientras cooperaba con el Buró Federal de Investigaciones (FBI) en la investigación contra Del Villar, exdirector ejecutivo de Del Records, la disquera del cantante. El fiscal federal Alex Schwab confirmó que Ortiz ya había admitido su delito y estaba listo para testificar en la corte de Los Ángeles.
Del Villar, un influyente productor de música regional mexicana, está siendo juzgado por presuntamente asociarse con Gallística Diamante, empresa de Pérez Alvear, vinculada al CJNG. A pesar de las acusaciones, sus abogados confían en que el exrepresentante de Ortiz sea absuelto.
El cantante, de 35 años, podría enfrentar sanciones por su participación en la conspiración, aunque su colaboración con las autoridades podría jugar a su favor en la reducción de su pena. Univision informó que Ortiz reconoció haber realizado negocios con el promotor señalado, a pesar de que el Departamento del Tesoro lo sancionó en 2018.
La declaración del artista impactó en la industria musical, ya que Del Villar fue una figura clave en el ascenso de Ortiz y otros exponentes del regional mexicano. Ahora, la relación laboral que compartieron podría ser determinante en el resultado del juicio.
