Por Victoriano Martínez
Desde que la gobernanza se convirtió en un juego de proyección de imagen pública se ha privilegiado de tal manera la propaganda y las declaraciones para convencer a la población de que se trabaja de manera eficiente, siempre con la mirada puesta en la siguiente elección, que los golpes de realidad se combaten con la misma estrategia de comunicación.
Un hecho que contradice su discurso tan es considerado un atentado a su imagen de infalibles, que sus áreas de comunicación social –en sentido opuesto a su deber ser– ponen en marcha lo que llaman “control de daños” y buscan posicionar una justificación que los libere de responsabilidad, una acción que los muestre eficientes, o una distracción-cortina.
El “control de daños” tiene tal prioridad, que se toman la licencia para no respetar la integridad de las instituciones, sin importar que con ello exhiban la poca dignidad con que los titulares de esas dependencias atienden sus obligaciones y la sumisión indebida de los titulares de entes que son constitucionalmente autónomos.
“La Policía de Métodos de Investigación de la FGE capturó a las personas responsables del lamentable incidente en el antro “RICH”. Agradezco la colaboración de las autoridades del estado de Michoacán. Cero impunidad en San Luis Potosí”, publicó en su cuenta de Facebook el gobernador Ricardo Gallardo Cardona a las 16:04 horas de este lunes.
En su voracidad por lograr buena imagen, el mandatario pasa por encima de la Fiscalía General del Estado, menoscaba su autonomía y, para colmo, falsea el alcance del hecho con el que pretende presumir “cero impunidad en San Luis Potosí”.
Se trata de la aprehensión de los responsables del antro Rich, quienes son apenas una parte de la cadena de irresponsabilidades que se cometieron y que, de no haberse dado, permiten considerar que las dos muertes y el grupo de lesionados fueron plenamente prevenibles, es decir, no son los únicos culpables. Presentarlo así abre la puerta a la impunidad del resto.
El barandal que por sus malas condiciones provocó la tragedia es responsabilidad de los propietarios de la Plaza Comercial Alttus.
La operación del antro Rich, con autorizaciones o sin ellas para la venta de alcohol y para la realización de eventos masivos como el que se convocó y terminó con la tragedia, son responsabilidad de la Dirección de Gobernación y de Protección Civil estatal y municipal, la Dirección de Comercio y algunas más.
En su afán de proyección de imagen de efectividad, al afirmar que los tres detenidos con los “responsables del lamentable incidente en el antro “RICH””, Gallardo Cardona –intencionalmente o no– lanza un giño de impunidad para los propietarios de la plaza comercial y para los funcionarios públicos estatales y municipales cuyas omisiones fueron fatales.
Pierde de vista incluso que él, como superior jerárquico de los funcionarios estatales involucrados, tiene su parte de culpa en tanto que delegó en aquellos las responsabilidades que como titular del Poder Ejecutivo tiene en esa materia.
Si en lugar de exigirles cuentas y fincar las responsabilidades que les correspondan, por anteponer su imagen pública les abre las puertas de la impunidad significa que avala su comportamiento y sus omisiones y, en consecuencia, comparte la responsabilidad en esa negligencia criminal que es la que principalmente le corresponde no tolerar.
A tal extremo llega ese juego de proyección de imagen pública que provoca que su afán por mostrarse eficientes, en los hechos se convierte en una evasión de responsabilidades, Un ejemplo es la tragedia que se dio el 7 de junio en el Rich, un golpe de realidad cuyo “control de daños” sólo es para encubrir su propia negligencia.