El gobierno de China anunció nuevas restricciones a la exportación de 13 sustancias químicas que se utilizan en la fabricación de drogas sintéticas, entre ellas el fentanilo, como parte de un reciente acuerdo con Estados Unidos impulsado por el presidente Donald Trump.
La medida forma parte del compromiso asumido por Pekín para frenar el tráfico de precursores químicos hacia América del Norte, un tema que ha sido clave en las conversaciones entre Trump y el líder chino Xi Jinping.
Según el anuncio, las limitaciones aplicarán a los envíos con destino a Estados Unidos, Canadá y México, países que enfrentan graves problemas derivados del consumo de opioides.
Trump afirmó que, tras su reunión con Xi en Corea del Sur, China aceptó cooperar para reducir la crisis del fentanilo y que, como parte del acuerdo, también disminuiría los aranceles de 20% a 10% sobre algunos productos.
Relación tensa pero necesaria
La cooperación entre ambos países en materia antidrogas ha tenido altibajos en los últimos años.
En 2019, durante el primer mandato de Trump, China ya había limitado el uso de fentanilo y sus derivados, pero las tensiones políticas y comerciales interrumpieron la colaboración en 2020.
No fue sino hasta finales de 2023, tras una reunión entre Xi Jinping y Joe Biden, cuando Pekín volvió a comprometerse con un plan conjunto contra los opioides.
Sin embargo, al iniciar su nuevo mandato, Trump volvió a aplicar aranceles del 10% a China, acusándola de no hacer lo suficiente para frenar el flujo de sustancias químicas hacia el continente americano. Pekín respondió con medidas similares y suspendió temporalmente la cooperación.
Expertos señalan que el nuevo anuncio de China representa un reinicio de las acciones que ya se habían planteado en 2024. “Pekín simplemente está retomando lo que había prometido el año pasado, pero ahora con un beneficio político doble”, comentó la analista Vanda Felbab-Brown, de la Brookings Institution.
Aplicación más estricta de la ley
El Ministerio de Comercio chino emitió un comunicado en el que ordena a las empresas cumplir con todas las normas fiscales, aduaneras y de exportación relacionadas con estas sustancias.
Aunque las restricciones aplican específicamente para América del Norte, los productos podrán seguir vendiéndose a otros países sin licencia especial.
El reto, según los especialistas, es que muchos de estos químicos tienen usos legales en la industria farmacéutica, agrícola y química, lo que complica el control total de su destino.
El fentanilo, por ejemplo, se produce principalmente en México, utilizando ingredientes provenientes de Asia.
A pesar de las nuevas regulaciones, el gobierno estadounidense mantiene a China en su lista de “principales países productores de drogas ilícitas”, acusándola de permitir que empresas locales sigan vendiendo precursores a grupos criminales en América Latina.